Obviamente, este es el equipo a vencer en el Oeste. Sin embargo, sospecho que los playoffs de la Conferencia Oeste serán más fácil para los Lakers que la temporada regular, al igual que el año pasado. L.A. encaja en el perfil: equipos con una alineación titular fuerte y una banca débil tienden a jugar mucho mejor en los playoffs que en la temporada regular. Además, hay que considerar que Bynum podría perderse una parte larga de la temporada regular. Al menos eso ha sucedido en las últimas tres temporadas.
En cuanto a mejoras dentro de la temporada, los Lakers tienen una carta bajo la manga: podrían mejorar significativamente la posición de base armador si están dispuestos a pagar más. Los bases de Los Angeles fueron, estadísticamente, los segundos peores en la liga la temporada pasada, por eso incorporar aunque sea a una estrella menor tendría implicaciones enormes para la ofensiva. Y aunque los Lakers parecen estar cómodos con su plantel, al menos tienen la opción en caso de que les vaya mal; pocos equipos tienen tanto la oportunidad como la capacidad financiera para decir lo mismo.
Con todo esto dicho, sin embargo, los Lakers deberían hacer lo suficiente para asegurarse la primera siembra en la conferencia. Han tenido suerte las últimas dos temporadas logrando jugar con ventaja ante los finalistas del Este porque los mejores no avanzaron a las Finales. Esta vez, espero que eso cambie, con el ascenso de Miami presentando la mayor amenaza para el tricampeonato de los Lakers. Los Angeles no ha cambiado mucho; y si lo han hecho, ha sido para mejor con las adiciones de Blake, Barnes y un Bryant más saludable. Desafortunadamente, los cambios drásticos en Miami podrían condenar a los Lakers al segundo lugar esta temporada.
También proyectaría a Oklahoma City con una peor performance si no realiza cambios a su rotación. Mejoré la proyección del Thunder por un par de partidos porque tienen tantas posibilidades de mejorar la rotación entre los jóvenes talentos, el espacio presupuestario y futuras selecciones de draft.
De todas maneras, en el panorama general, creo que esta podría ser una temporada difícil para el Thunder. Las expectativas son exponencialmente más altas, pero es básicamente el mismo equipo que la temporada pasada. A pesar de su talento joven, cualquier mejora por los muchachos jóvenes probablemente sea compensado con un patrón de lesión más normal. Así, mientras que el futuro del Thunder sigue siendo increíblemente brillante, creo que podrían necesitar una temporada más en su haber antes de ascender a la elite del Oeste.
Movidas de Temporada Baja
L.A. no necesitó reinventar la rueda este último verano y no lo intentó, optando por trabajar sobre los ejes más que hacer líos con la base.
Seleccionó a Devin Ebanks y Derrick Caracter. Los Lakers tenían dos selecciones en la segunda ronda y optaron por los aleros Caracter y Ebanks. Ambos tienen contratos para este año y parece que ambos quedarán en el plantel de 14 jugadores. Puede que Caracter sea el jugador con nombre más irónico de la liga -tuvo algunos problemas en la universidad- pero es enorme y puede agregar algo de carne en la pintura como alero de poder. Ebanks fue una buena selección en la segunda ronda y podría entrar en la rotación en un par de años.
Dejaron ir a Jordan Farmar, firmaron a Steve Blake por cuatro años y $16 millones. No puedo discutir que hayan dejado ir a Farmar, dado que no encajaba en el sistema de Los Angeles y claramente iba a buscar una mejor opción a menos que los Lakers le ofrecieran una parva de dólares. Blake fue una opción razonable como reemplazo, dadas las necesidades de L.A. y la falta de bases de calidad en la agencia libre. L.A. le pide cosas muy distintas a un base armador que el resto de los equipos de la liga porque los Lakers necesitan básicamente un tirador en la posición. Por eso, el 39.3 por ciento de aciertos de triples de Blake en su carrera debería ayudar.
Con eso dicho, no aporta mucho más al plato, tiene 30 años y viene de una mala temporada. Aunque es un suplente ideal, esta movida no le cambia la vida a nadie, y los últimos dos años de este contrato podrían resultar dinero muerto.
Renovaron a Derek Fisher por tres años y $10.5 millones. La extensión y la cantidad de dinero en el acuerdo fue sorprendente dado que Fisher viene de una horrible temporada regular. Sin embargo, jugó mejor en los playoffs y tenía otras ofertas; además, uno puede defender el hecho de que L.A. quiera mantener la base. Si Fisher necesita ser reemplazado, pueden hacerlo tranquilamente durante la temporada. Mientras tanto, L.A. comenzará con Fisher como titular con la esperanza que el semidecente Fisher que apareció en los playoffs se muestra más temprano que tarde esta temporada regular.
Dejaron ir a Josh Powell, firmaron a Theo Ratliff por un año y el mínimo de veteranos. Esta fue una movida que pasó por lo bajo y sirve para mejorar el final de la rotación en el frente, dado que Ratliff jugó bien en limitados minutos la temporada pasada mientras que Powell tuvo serios problemas. Es improbable que Ratliff vea la luz en los playoffs pero podría resultar útil con el correr de los 82 partidos de temporada regular.
Firmaron a Matt Barnes por dos años y $3.6 millones. El cupo más importante fue dedicado en agregar a Barnes, quien cubrirá una de las debilidades más grandes saliendo de la banca detrás de Artest como alero pequeño. Barnes se convierte en alguien especialmente valioso si los problemas de espalda de Luke Walton complican su regreso, pero Barnes debería ayudar más allá de eso dado que puede manejar el balón, defender y tirar razonablemente bien. Su habilidad para jugar como 4 en alineaciones de baja estatura le agrega versatilidad a los Lakers y obviamente el precio que pagaron fue absolutamente una ganga.
Firmaron a Shannon Brown por dos años y $4.8 millones. L.A. obtuvo buen valor aquí dado que por un precio razonable se llevó un base combo servicial.
Mayor fortaleza: Tamaño
Obviamente, Bryant es increíble, pero lo que realmente vuelve loco a los entrenadores rivales es cómo marcar a los dos gigantes. La combinación Gasol-Bynum es única no sólo porque los jugadores son enormes, sino también porque son lo suficientemente móviles como para que los rivales no puedan encontrar debilidades por donde atacar.
Bynum estuvo limitado en la temporada, pero en promedio por-minuto, fue casi tan efectivo como las dos estrellas más grandes de L.A. en 2009-10. Es un definidor de alto porcentaje alrededor del aro gracias a su inmenso tamaño y suave toque, pero lo que ayuda mucho es su imponente defensa. Es una gran presencia alrededor del aro, incluso cuando su movilidad está comprometida como al final del año pasado. Las lesiones parecen ser lo único que puede evitar que participe todos los años del Juego de Estrellas.
En Gasol, Bynum tiene el complemento perfecto. La longitud de Gasol lo hace letal en el poste, pero además sabe tirar y puede manejar el balón en el poste alto, abriendo la pintura para Bynum. Jugar con Bynum disminuye los números de Gasol dado que saca a Gasol de la pintura, pero en un panorama más amplio, realmente ayuda. El torso flaco de Gasol no está preparado para ser castigado constantemente como centro y la presencia de Bynum limita la presencia de Gasol como 5 a pocos instantes.
Y encima, la ventaja de tamaño de los Lakers va más allá de ellos dos. Bryant es más alto y fuerte que la mayoría de los bases tiradores, una de las razones por la que es tan efectivo cuando se postea. Artest es uno de los jugadores más fuertes de la liga y utiliza su cuerpo en ambos costados para dominar a sus oponentes posteándose o empujándolos de un lado a otro en defensa. Y Fisher quizás es el jugador más fuerte en su posición.
Sumen todo eso y es el equipo anti-Showtime. Este es un equipo grande y físico que desgasta a sus rivales, especialmente cuando los titulares no están en la cancha. El combo Gasol-Bynum es la clave, pero el tamaño de los Lakers presenta dificultades en todos los costados de la cancha.
Mayor debilidad: Base armador
L.A. terminó 11° en eficiencia ofensiva la temporada pasada a pesar del monstruo de tres cabezas compuesto por Bryant, Gasol y Bynum. El problema estuvo en lo poco que recibieron los Lakers de parte de sus bases armadores. Fisher y Farmar se combinaron para quedar ranqueados en el puesto 67° y 50°, respectivamente, en PER entre los bases armadores. No sólo que ello fue la peor producción de un duo de bases armadores superando a Mike Bibby-Jeff Teague de Atlanta, sino que fue la segunda peor marca para cualquier equipo en cualquier posición. Sólo los aleros pequeños de New Jersey rindieron peor.
La incorporación de Blake podría no ayudar demasiado - su PER el año pasado fue peor que el de Farmar. Fisher entra a la temporada como titular, pero uno puede imaginar que perderá el puesto si juega tan mal como lo hizo el año pasado.
Afortunadamente, los Lakers pueden ser pacientes. Van a obtener el mejor récord del Oeste más allá de quién sea el base armador, lo cual les da media temporada para evaluar antes de decidir cambiar de rumbo en la fecha límite para intercambios. La temporada pasada mantuvieron el rumbo y les dio frutos; esta vez, considerando que podrían enfrentar a un tremendo equipo de Miami en las Finales, quizás deban ser más agresivos.