lunes, 8 de octubre de 2012

Evaluando la labor del mánager Don Mattingly

Si hemos aprendido algo sobre Don Mattingly durante el último par de meses, es que no está en contra de tomarse una caminata. Durante su estadía como dirigente, él trazó un camino de la cueva a la lomita luego de que los Dodgers de Los Angeles entraron en la contienda por el banderín por primera vez. En un partido de 12 episodios contra los Cardenales de San Luis, Mattingly estableció un récord de franquicia de los Dodgers al utilizar 10 lanzadores. Cuando los lanzamientos de Chris Capuano se vieron lentos en el penúltimo partido de la temporada, Mattingly lo quitó luego de tres entradas -- pese a que él había concedido apenas dos carreras, ambas por jonrones solitarios. Él utilizó al relevista Ronald Belisario en cuatro partidos consecutivos cerca del final, poniendo a prueba la elasticidad de sus ligamentos y tendones. Parte de ser un buen dirigente es el estar dispuesto a herir los sentimientos de tus jugadores, algo que Mattingly aprendió en el último mes más o menos, y hacer cambios de pitcheo rápidos no te hace popular. "Cuando sacas a un tipo después de 4 2/3 de [innings] y él suma 90 envíos -- él se siente que tiene suficiente en el tanque, quiere ser el tipo que consige ese próximo out -- él no está muy feliz contigo", Mattingly dijo. "Pero tú no puedes preocuparte por eso. Puedes hablar con él sobre ello al día siguiente y exponerle tus razones. "Puede que a ellos les guste y puede que no". Todavía quedan en el béisbol dirigentes estrictos, de la vieja escuela, aunque sus números están disminuyendo. También existen algunos relajados, que se llevan bien con el jugador. Sin embargo, no importa cuál sea su estilo interpersonal, los buenos dejan la impresión con sus jugadores de que ellos están a cargo. Uno podía notar cómo Mattingly incrementaba más y más su control sobre el equipo mientras la temporada iba llegando a su fin, tal vez impulsado por su frustración con la conformidad del club en el mes fatídico, poco después del traspaso más grande en la historia de la franquicia. Más sobre los Dodgers Para más noticias, notas y análisis de los Dodgers, échale un ojo al blog. Entra a la Frecuencia Dodgers. Blog El 26 de septiembre en San Diego, Mattingly al fin había visto lo suficiente. Él convocó una reunión del equipo y, según sus jugadores, les dejó saber que tendrían que rendir cuentas de alguna manera u otra por su juego poco inspirado. "Él nos llamó a todos sobre el césped y nos puso en evidencia", dijo el receptor A.J. Ellis. El lanzador Chris Capuano dijo, "Yo pienso que todo el mundo como que respondió en serio después de eso y nos dio un gran esfuerzo". La dirigencia de los Dodgers puso a Mattingly en una posición más difícil de lo que al principio aparentaba cuando eficazmente arrancaron un tercio de la foto del equipo y pegaron nueve jugadores nuevos con canjes tardíos. Mattingly había ayudado a cultivar un espíritu de superar las expectativas en las primeras semanas de la temporada, pero después de esos cambios, las expectativas eran que los Dodgers podrían entrar caminando a la postemporada. Ellos hicieron lo opuesto, yéndose de 17-11 inmediatamente después del traspaso del 25 de agosto con los Medias Rojas. Uno puede sostener que Mattingly necesitaba mostrar un poco más de urgencia más temprano para sacudir y revivir una ofensiva que hibernaba. Pero en las semanas finales de una temporada, la mayoría de los pilotos dependen de sus mejores jugadores para proveer la chispa. Eso no sucedió luego de que Matt Kemp chocó contra una pared de los jardines y procedió a atravesar una mala racha ni cuando Clayton Kershaw se perdió un par de salidas con una dolencia de cadera. Eso se vio exacerbado cuando Adrián González tuvo problemas ajustándose a las expectativas que van de la mano con un primer traspaso de temporada en las Grandes Ligas. Él no bateó cuadrangular en 33 de sus 35 partidos como miembro de los Dodgers. Cuando un equipo comienza a renquear bajo presión, las decisiones cuestionables de un dirigente se convierten en pararrayos para la decepción de los aficionados. El momento de escrutinio llegó para Mattingly el martes en la noche, Cuando le dio un pasaporte intencional a Angel Pagán para poder llegar al bateador más enrachado de la liga, Marco Scutaro. No funcionó cuando Scutaro pegó un doble de dos carreras con dos outs. Mattingly dijo más tarde que efectuó la estrategia porque Scutaro se había ido de 19-2 de por vida contra el lanzador, Jamey Wright. Eventualmente, si un manager tiene suficiente éxito, la gente tiende a olvidar esos momentos. Rara vez se menciona ya que Mike Scioscia dejó que Brendan Donnelly le lanzara a Bernie Williams en el octavo inning del primer partido de la serie de campeonato de la Liga Americana del 2002 aunque Troy Percival había calentado y estaba listo. Williams conectó el jonrón que resultaría ser el batazo triunfal. ¿Por qué no se menciona a menudo hoy en día? Porque los Angelinos ganaron la Serie Mundial. La próxima temporada, si los Dodgers tienen el equipo que piensan tener, Mattingly puede recostarse y dejar que sus jugadores lo hagan verse bien. Si no, él deberá seguir aprendiendo a ser impopular.

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