Bajo las luces reflectoras del Estadio Latinoamericano de La Habana, los jugadores del equipo de béisbol Industriales de La Habana y los de Vegueros de Pinar del Río, escuchan de pie las notas del himno nacional cubano.
Los aficionados también están de pie.
Hay una palpable sensación de victoria en el mundo del béisbol cubano en este momento.
Han pasado apenas unas semanas desde que Vegueros, con el apoyo de algunos de los mejores jugadores de la isla, ganó la Serie del Caribe 2015, que se llevó a cabo en Puerto Rico.
Para muchos aficionados, esta victoria mostró más que el simple triunfo en un torneo.
Fue un mensaje: el béisbol cubano está volviendo a casa.
A través de los años, han salido de Cuba algunos de los mejores jugadores estrellas del mundo.
José Abreu y Aroldis Chapman son apenas dos cubanos que brillan en el béisbol de Grandes Ligas de Estados Unidos en estos momentos.
En ambos casos, los jugadores optaron por desertar de la isla a fin de tener acceso a los lucrativos contratos en el béisbol de las mayores.
Ahora el acercamiento entre Estados Unidos y Cuba podría cambiar todo esto.
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