O.J. Simpson es un hombre libre, abandonó ayer de madrugada la cárcel donde pasó los últimos nueve años, cumpliendo una condena por robo y hurto.
La exestrella de fútbol americano -de 70 años y recordado mundialmente por su polémica absolución en 1995 por el asesinato de su exmujer y un amigo de ella- abandonó el Centro Correccional Lovelock en Nevada (oeste) pasada la media noche, dijo la portavoz de la autoridad penitenciaria, Brooke Keast.
"No sé hacia dónde se dirigió”, añadió a través de mensajes de texto, sin dar mayores detalles. A partir del 1 de octubre entraba en vigor su liberación, pero sus abogados preveían que fuera mínimo el lunes. Keast explicó que la decisión de ponerlo en libertad en la madrugada fue para "garantizar su seguridad”. La vocera ya había advertido que retrasarían su salida si veían vehículos de medios afuera del penal. Simpson fue hallado culpable en octubre de 2008 de robo, asalto, secuestro y otros delitos luego que, junto a cinco cómplices, emboscó a dos coleccionistas de objetos deportivos en un hotel-casino en Las Vegas.
El exjugador de los Buffalo Bills y miembro del Salón de la Fama argumentó que solo trataba de recuperar recuerdos personales que le fueron robados.
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