Ya no basta con una gran pantalla, cervezas y alitas de pollo. Los estadounidenses reinventan la celebración de la cita deportiva más importante del año con fiestas que se sofistican y en las que el vino, el lujo y las cuentas de más de 20 mil dólares dejan de ser oxímoron de Super Bowl.
Suites decoradas con los colores de los equipos, increíbles simulaciones del campo de juego en la propia casa, o paquetes VIP para asistir al partido junto a una antigua estrella del fútbol americano son solo algunas de las nuevas propuestas para elevar una celebración popular de décadas, el día grande del deporte en EEUU.
Incluso los que no tienen un presupuesto que alcance para estas nuevas tendencias ya no se conforman con la típica tríada de la Super Bowl: amigos, cerveza y grandes pantallas. Proliferan los manuales para organizar la mejor fiesta en casa, una en la que se sientan cómodos tanto los que siguen el partido como los que solo buscan una ocasión para socializar.
"Asegúrate de habilitar dos espacios, uno para que se pueda hablar durante el juego y otro donde los más fanáticos del deporte puedan seguir el partido sin interrupciones", explica una asesora en uno de los múltiples vídeos de internet que orientan sobre cómo acertar con la fiesta de la Super Bowl.
Para los que necesitan ver el partido sobre más pulgadas que las que ofrece su televisor casero, las opciones de bares y restaurantes donde seguir el juego se han disparado y ya no se reducen a los tradicionales locales enormes y abarrotados en los que el menú se reduce a cerveza y aperitivos baratos.
Por ejemplo, en la capital, Washington, se ha puesto de moda el, para algunos sacrilegio, de sustituir la cebada por la uva y seguir la esperada final con una copa de buen tinto, a la que, por supuesto, no acompañan unos nachos con queso, sino "delicatessen" como ostras y "steak tartar".
Como no podía ser de otro modo, las opciones más sofisticadas las ofrece Manhattan (en Nueva York), donde un hotel ha diseñado un paquete especial para disfrutar por todo lo alto de la Super Bowl: diez suites de lujo durante tres días, 20 entradas para el partido, desplazamientos al estadio -en la vecina Nueva Jersey- y desayuno estilo francés, todo por el módico precio de 100.000 dólares.
Para los que miren estas cifras astronómicas con incredulidad pero quieran hacer una fiesta diferente a la de cada año, Tribersports ha creado una divertida tabla para hacer ejercicio con los amigos mientras se sigue el partido.
"Ellos juegan, tu juegas", tiene por eslogan esta propuesta, cuyas hilarantes instrucciones van desde hacer veinte abdominales si el cantante Bruno Mars lleva un sombrero en su actuación de la media parte hasta completar diez sentadillas cada vez que uno de los jugadores se rasque las posaderas.
Ideas que van desde lo rocambolesco a lo refinado para reinventar unas celebraciones de décadas en las que todos en EEUU, cada uno en función de su estilo y de su bolsillo, quieren participar un año más.
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