sábado, 1 de febrero de 2014

Súper Bowl


Las entradas han alcanzado precios astronómicos, pero independientemente de poder pagarlos o no, la comunidad latina de Nueva York no está dispuesta a dejar de disfrutar del partido y el ambiente del primer Super Bowl en la zona, que enfrentará mañana a los Broncos contra los Seahawks.

“Compensa pagar, es fantástico”, dice el puertorriqueño Wilfredo Rodríguez a Efe después de haber desembolsado 2.000 dólares por cada entrada.

Todo para ver cómo los Broncos de Denver y los Seahawks de Seattle luchan en el MetLife de East Rutherford (Nueva Jersey) por ganar la liga de fútbol americano (NFL).

En el Boulevard del Super Bowl algunos jugadores firman autógrafos, se puede ver el Trofeo Vince Lombardi (la copa que gana el equipo vencedor) e incluso subirse a un tobogán de 68 pies de altura.

Las cifras dan la razón a Noel: se calcula que unas 400.000 personas han viajado a la zona para vivir el Super Bowl, además de los 82.500 que podrán entrar al estadio, por lo qué duda cabe que los que lo tendrán que seguir por el televisor son mayoría.

Y es que el espíritu del Super Bowl traspasa el aforo del estadio y estos días en Nueva York, tanto habitantes como visitantes, pueden decir que vivieron un pedacito del acontecimiento deportivo más importante de los Estados Unidos, que por primera vez se ha arriesgado a celebrarse en una latitud tan septentrional del país.

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