kobe Bryant, quien anunció el domingo que ésta será su última temporada como jugador, nunca ocultó que siempre admiró, imitó y quiso ser como el legendario Michael Jordan.
De hecho Bryant llegaba a la NBA en el sorteo universitario de 1996 como un colegial de 17 años que había seguido desde niño toda la trayectoria profesional de Jordan y los Bulls de Chicago.
Su espejo era Jordan en todo: el estilo, la personalidad, la condición de líder, los gestos, el egocentrismo y hasta la manera como el legendario jugador de los Bulls sacaba la lengua cuando tenía el balón e intentaba una penetración.
Después de que los Hornets de Charlotte cediesen sus derechos a los Lakers, Bryant no tuvo reparos en afirmar nada más llegar a la Los Ángeles que quería ser el "mejor del mundo" y para eso se entrenó como nadie, llegaba cuatro horas antes al campo para comenzar a hacer tiros a canasta.
Su esfuerzo le comenzó a dar la recompensa merecida al convertirse poco a poco en la figura de la NBA y ocupar el puesto que Jordan había dejado vacante cuando, al concluir la temporada 1998, decidió retirarse por segunda vez en su carrera.
En ese momento Bryant ya era el líder indiscutible con los Lakers, que iban a recibir como nuevo entrenador a Phil Jackson, el mismo que había ganado seis títulos con Jordan, y que llegaba con el pívot estrella Shaquille O'Neal. Los tres convirtieron de inmediato al equipo angelino en campeón de la NBA.
Bryant conseguía su primer título de liga en el 2000 y aspiraba a llegar al menos a los seis que conquistó Jordan.
Se podría cuestionar su egocentrismo, personalidad poco amigable con el resto del equipo, los problemas legales de la acusación de presunta violación a los que se tuvo que enfrentar, pero Bryant se convirtió por méritos propios en el jugador más importante entre 2000 y 2010.
Los niños que no pudieron ver Jordan tuvieron en Bryant a su mejor versión que hizo posible que las nuevas generaciones de jugadores como LeBron James, Kevin Durant y Stephen Curry siguiesen su ejemplo.
Bryant se convirtió en el maestro "ideal" que mejor enseñó a las nuevas generaciones las lecciones aprendidas como discípulo aventajado de Jordan.
Bryant ha conseguido todo como jugador, cinco títulos de liga, dos premios de MVP en las Finales, uno en la liga, cuatro en los 17 Partidos de las Estrellas que ha disputado y dos medallas de oro olímpicas con el equipo nacional de Estados Unidos.
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