David Beckham jugó frente a FC Dallas con un virus estomacal. Luego de pasar una noche con náuseas y vómitos, y tras dormir apenas una hora, el jugador inglés saltó a la cancha afectado por las dolencias y el cansancio.
"Después de una hora de sueño y de estar toda la noche vomitando, nunca es fácil jugar", apuntó el volante. "Mis dos hijos están igual, así que a mí también me afectó el virus. Creo que al final jugué casi 80 minutos y no me sentí bien, pero lo importante fue conseguir los tres puntos".
"Obviamente, fue una victoria muy importante porque ellos llegaban en buena forma y pretendían acercarse a nosotros. Sabíamos que estaban jugando bien y debíamos estar en forma. No fue el juego más bonito que hemos hecho, pero creo que los tres puntos fueron grandes hoy", comentó justo al finalizar la cita.
Según confirmó Bruce Arena, Beckham le mostró sus deseos de ayudar al equipo desde el primer instante, algo que valoró muy positivamente.
"David estaba un poco enfermo. Había un virus y parece que le afectó. El hecho de que decidiera jugar fue notable. Es un gran líder pero hoy no se sentía bien", señaló el director técnico del Galaxy.
El volante estuvo sobre el pasto durante 78 minutos en los que se le vio algo cansado, aunque siempre con la puntería afinada a la hora de colgar balones envenenados al área rival. Arena confirmó que le sentó en el banquillo porque ya se sentía especialmente débil.
"No queríamos que vomitara en el terreno de juego, arruinaría el pasto", comentó el técnico con humor.
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