Tim Duncan soñaba con competir en los Juegos Olímpicos de Barcelona. Su hermana Tricia había representado a las Islas Vírgenes en Seúl 1988 como nadadora. Él, una gran promesa en los 400 libres, apuntaba a los siguientes. Cuando el Huracán Hugo arrasó Saint Croix se llevó por delante la única piscina olímpica de la isla. La alternativa era nadar en el Mar Caribe, pero Duncan tenía miedo a los tiburones ¿Habría jugado al baloncesto el mejor ala pívot de todos los tiempos?
Para haber llegado por accidente, Duncan anunció su retirada el lunes con uno de los mejores historiales del baloncesto. 19 temporadas como profesional, todas con los San Antonio Spurs. Cinco anillos de campeón de la NBA. Tres veces MVP de las finales (1999, 2003, 2005). Fue 15 veces All-Star y en 15 ocasiones fue seleccionado en alguno de los quintetos ideales de la NBA. Acumula 1001 victorias en temporada regular y 157 en playoffs. La excelencia ha sido su rutina.
Gregg Popovich, considerado ya como uno de los mejores entrenadores de la historia, suele decir que su único mérito ha sido que Tim le cayera en las manos. “Llevo muchos años aprovechándome”, dice con su habitual acidez. Sobre ese jugador discreto al que ya de joven llamaban “el hombre tranquilo”, Popovich solo expresa palabras amables. Juntos formaron un binomio entrenador-jugador que en baloncesto solo admite la comparación con Red Auerbach y Bill Russell.
Los San Antonio Spurs jugaron los playoffs en las 19 temporadas que Tim estuvo en franquicia. Se retira con 40 años, dictando sus propios términos en vez de dejar que su cuerpo lo delate.
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