La mayoría de los Baltimore Ravens ya había dejado el vestuario una tarde reciente, dejando al tackle defensivo, Haloti Ngata, un buen espacio para atacar a su último desafío.
Miró al receptor, Donte' Stallworth con ojos despectivos, y luego lanzó un saquito de lavanda a mitad de camino hacia una pizarra en la habitación. Cuando la bolsa cayó sobre el tablero y se deslizó a pulgadas de un pequeño agujero de madera, Ngata sonrió como un hombre seguro de su talento. Stallworth pudo haber iniciado este último juego de Cornhole, pero Ngata muy probablemente tenía que planeado terminar con una victoria.
Sin embargo, el aspecto más notable de ese concurso no fue la habilidad de Ngata en un juego que el ala defensiva, Cory Redding, introdujo en el vestuario durante la temporada baja. Fue la alegría no adulterada de Ngata que apareció mientras que se relacionaba con su compañero de equipo. En medio de la notoriedad que el veterano en su quinto año se ha ganado por su dominio en el campo de juego, Ngata es realmente una persona sociable de corazón. Y es la química en este equipo con marca de 7-3 la que lo tiene más entusiasmado para hacer una carrera hacia el campeonato en el futuro cercano de Baltimore.
Todo lo que tienen que hacer, en los ojos de Ngata, es seguir alimentando la buena relación que han logrado esta temporada.
"Este año se siente diferente para mí", dijo Ngata después de terminar su juego. "La ofensiva y la defensiva no se dividen tanto [en el vestuario] y hacemos cosas juntos como un equipo. Realmente es algo muy bueno de ver. Algo así en este juego puede parecer poca cosa para alguien de afuera, pero realmente es enorme. Ves gente que juega y que nunca podría pasar tiempo juntos".
Haloti Ngata (se pronuncia ja-lou-ti Nahtah) codicia la camaradería por dos razones fundamentales: Él sabe que lleva al éxito en el campo y también lo hace sentirse más cómodo fuera del mismo. No es suficiente ser una estrella en ascenso en la NFL. Él quiere que ese éxito signifique algo. Quiere que sus compañeros de equipo se sientan bien con la dirección de sus carreras.
Por supuesto, también ayuda que este jugador de 6 pies y cuatro pulgadas de altura, y 350 libras de peso, haya madurado hasta convertirse en un grupo destructor de un solo hombre para los Ravens. En una defensiva que siempre ha sido definida por la pasión del apoyador, Ray Lewis, y el brillo del profundo, Ed Reed, Ngata constantemente ha surgiendo como el componente más importante en este esquema.
No le gusta hablar demasiado acerca de su éxito --"Es muy bueno que se hable de ti como uno de los mejores tackles defensivos en el juego, pero también quiero mejorar", dijo-- pero sus compañeros de equipo entienden su importancia. Actualmente, ocupa el segundo lugar en el equipo con cinco capturas y el tercer puesto con 48 tacleadas.
Como Lewis dijo: "Yo dependo de nuestra línea defensiva de la misma forma que un corredor depende de su línea ofensiva. Si un bloqueador es capaz de bajarme, entonces el 99 por ciento del tiempo Haloti va a hacer las jugadas. Tratas de bloquearlo uno-a-uno y te golpeará cada vez que lo intentes, lo que significa que todo lo que tengo que hacer es fluir [hacia el balón]".
Enemigo: 'La única vez que he tenido miedo de otro jugador'
Los jugadores oponentes ya comprenden los problemas que Ngata crea para las ofensivas.
El centro de los Carolina Panthers, Ryan Kalil pasó la mayor parte del domingo pasado tratando de ayudar a contener a Ngata en la victoria de los Ravens de 37-13. Ese esfuerzo recordó a Kalil de todas las veces que enfrentó a Ngata cuando Kalil estaba en USC y Ngata en Oregon. De hecho, Kalil recientemente describió una jugada en la universidad cuando Ngata se puso de pie sobre él, luego volvió hacia atrás un par de yardas antes de cargar hacia adelante en el complemento.
Si no fuera por la ayuda de un guardia que trabó a Ngata en la jugada, Kalil todavía podría estar recuperándose de esa colisión.
"Esa fue la única vez en mi vida que tuve miedo de otro jugador en una cancha de fútbol", dijo Kalil, que está listado a 6 pies y 2 pulgadas, y 295 libras. "Pero ese es el motivo por el que la sola presencia de Haloti es tan importante. Tiene el tamaño, la fuerza y la rapidez para hacer lo que quiera allí fuera".
El poder de Ngata es sólo un motivo por el que se convirtió en un talento de élite. Él es tan inteligente que el entrenador de línea defensivo de los Ravens, Clarence Brooks dijo: "Si le dijeran que haga una llamada de defensa, él sabría exactamente lo que los 11 hombres tienen que hacer en cualquier jugada". Ngata también fue tan monstruosamente dotado que los Ravens no tienen problemas al deslizarlo de tackle defensivo a ala defensiva. Además de todo eso, el hombre juega con un deseo desenfrenado.
"He visto receptores irse después de capturar pases y Haloti los atrapa a 25 yardas", dijo el centro de los Ravens, Matt Birk. "Yo no estoy diciendo que sea una hazaña imposible, pero la mayoría de chicos de su tamaño no pueden hacer eso".
Como es su forma, Ngata da créditos a la gente a su alrededor por ayudar a desarrollar su juego. "Los muchachos en el vestuario han significado mucho para mí", dijo Ngata. "He estado alrededor de grandes líderes como Ray Lewis y Ed Reed, que me han ayudado a aprender cómo estudiar una cinta. He tenido la oportunidad de ver a jugadores como Kelly y a Trevor Pryce de los New York Jets. Me convertí en un mejor jugador por estar cerca de todos esos muchachos".
Tal humildad ha convertido a Ngata en uno de los jugadores más respetados y agradables de los Ravens. Pero no vayan a confundir esa característica con suavidad. Kalil dijo que se dice que Ngata es tan irascible que un golpe bajo es capaz de llevarlo fuera de su juego. Ngata recientemente recibió una multa de 10,000 dólares de la liga por golpear al mariscal de campo de los Miami Dolphins, Chad Henne, en el pecho con la corona de su casco en una jugada de pase en la victoria de 26-10 el 7 de noviembre.
Por momentos, esa agresividad incluso toma desprevenidos a los compañeros de equipo de Ngata. Han visto días en los que levantó a Lewis en el aire y juguetonamente lo lanzó al piso. Lo han visto bailar frente a su casillero, cuando la canción de The Temptations, "My Girl", estaba sonando en su iPod. Incluso se rieron de él esta semana cuando Ngata se dejó crecer el bigote para una fiesta temática de los '80s.
Lo que los jugadores ven de Ngata durante la semana es la voz suave de un gigante sin pretensiones. Lo que ven el domingo es, como Kalil dijo, "la versión de la NFL del Increíble Hulk".
Redding dijo:. "Por ser tan grande y talentoso como lo es, Haloti tiene los pies bien puestos en la tierra y se preocupa por los demás Si alguien está siendo maltratado en el campo, es el primero en saltar. Hasta es capaz de ponerse del lado de alguien que está perdiendo un argumento en el vestuario, sólo para que esa persona no pierda terreno".
Dijo Ngata: "Los chicos en el vestuario saben que soy un muchacho relajado. Pero una vez que entro a la cancha, es una historia totalmente diferente".
El deporte no ayuda a superar las tragedias
La gente que conoce a Ngata durante años tiene un mejor entendimiento de los elementos contrastantes de su personalidad. Ellos te dirán que la feroz naturaleza de Ngata viene de su intenso amor a la competición y de una confianza interna en sus habilidades. El hombre tiene suficiente talento como para haber sido una estrella del rugby durante sus días en la escuela secundaria en Salt Lake City. Hasta hoy, los entrenadores de los Ravens todavía se maravillan al ver a Ngata esquivando oponentes en un video de un juego que uno de sus amigos enviaron al plantel de entrenadores.
Cortesía de la familia NgataLa tragedia golpeó a la familia de Ngata
p> En lo que respecta a la sensibilidad de Ngata, eso viene de sus padres. Su padre Solomone fue un vibrante trabajador que se hizo conocido por los cálidos abrazos que le daba a la gente al conocerlos por primera vez. Su madre Olga fue igualmente amable con sus cinco hijos (cuatro varones y una hija) en su hogar. Ellos fueron el tipo de pareja que dejan un recuerdo duradero en quienquiera que conocieran, lo cual hizo que sus muertes fuesen aún más dolorosas para todos los que los rodeaban.
Solomone falleció en diciembre de 2002, el primer año que Haloti pasó en Oregon. El padre acababa de terminar de visitar a su hijo cuando perdió control de su camioneta mientras abandonaba el pueblo, en una autopista local. El camión volcó y eventualmente terminó en un canal, en el cual Solomone se ahogó. Haloti quedó tan devastado por el accidente que maldijo a Dios, se cerró al mundo y casi abandona la escuela después del segundo año para ayudar a Olga.
Aunque Ngata encontró éxito en el campo de juego tras un comienzo lento (se lesionó un tendón en el 2003 pero se ganó el premio compartido de Defensivo del Año en el PAC-10 en 2005), él se dio cuenta de que los deportes no lo ayudarían a evitar el dolor. Olga quedó tan aplastada por la muerte de Solomone que ella descuidó mucho su salud en los años posteriores a su muerte. Para enero del 2006 ella debió registrarse en un hospital de Phoenix para recibir diálisis como resultados de complicaciones de su diabetes. Doce días más tarde, ella sufrió un ataque al corazón y falleció.
En ese punto, las esperanzas de Ngata de jugar en la NFL no se trataban ya de completar sus sueños infantiles. Se trataba ya de proveer el sustento para su familia. "Fue horrible que mis padres ya no estuvieran ahí cuando llegué a la NFL", dijo Ngata. "Yo quería malcriarlos. Mi papá hacía tres trabajos y mi madre era ama de casa. Yo quería darles una casa, un auto, algo que les permitiera compartir mis logros".
"El punto más bajo de la vida de Haloti que yo haya visto fue cuando falleció su papá", dijo la esposa de Ngata, Christina. "Él quería abandonar todo y cuidar a su madre. Cuando su mamá murió, eso fue horrible pero ella estuvo en paz después de todas sus luchas. Creo que Haloti aprendió a lidiar con la muerte después de que su padre falleciera".
La base de los Ravens para el futuro
Ngata también logró una madurez invaluable durante aquellos tumultuosos años. Tal como lo dijera Larry Wilson, su ex entrenador de la Highland High School, "eso lo hizo crecer más rápido de lo que a él le hubiese gustado. Cuando llegó a la NFL, él entendió que este era un trabajo para ser tomado en serio. Él entendió claramente que uno siempre está a una jugada de distancia de quedar fuera de un partido".
Cortesía de la familia NgataNgata se dedica de lleno a su esposa y su hijo
Ese crecimiento también ayudó a confirmar la creencia de los Ravens de que Ngata se merecía estar en la primera ronda del draft del 2006. Ellos habían oído muchos rumores de que el muchacho de Oregon no jugaba duro en cada oportunidad. Pero cuando el gerente general de los Ravens Ozzie Newsome entrevistó a sus ex compañeros en Oregon como Demetrius Williams y Kellen Clemens durante el proceso del draft, él escuchó una historia diferente.
"Ellos nos dijeron que todos esos comentarios no eran ciertos", dijo Newsome, quien eventualmente hizo un intercambio para subir un puesto en el draft y elegir a Ngata en el lugar Nº 12 ese año. "Ellos dijeron que tenían que sacarlo del campo de juego muchas veces para poder practicar. ¡Así era él!
Ngata se mostró excitado sobre la posibilidad de unirse a Baltimore (él había querido jugar en una defensiva dominante y a sus consejeros les gustaba la atmósfera familiar del equipo) pero se mostró cohibido cuando entró a ese vestuario lleno de personalidades explosivas. Cuando Ngata estuvo en su primer campamento de entrenamiento, Lewis le hizo un comentario por no haberle devuelto un llamado a comienzos del verano. Ngata quedó tan pasmado que se encogió de hombros y pidió disculpas.
"Perdón", dijo, "no sabía que usted quería que le devuelva la llamada, Sr. Lewis".
No pasaría mucho tiempo antes de que los entrenadores de los Ravens le dieran a Ngata razones para salir de su cascarón. El ex coordinador defensivo Rex Ryan (hoy entrenador de los Jets) no imaginaba a Ngata solamente como una gran fuerza por el lado interno. Él veía el nivel atlético de Ngata y se imaginaba que entraría bien en un esquema conocido por pedirle a sus jugadores que se alineen en varias posiciones para confundir a la ofensiva.
Para su segundo año, Ngata se alineaba como apoyador y hasta como profundo en 10 ó hasta 12 jugadas por partido. "Pensé que era una locura, al principio", dijo Ngata. "Pero (Ryan) me ayudó a ver lo talentoso que era yo. Él me enseñó que estaba bien no tener miedo de ser un tipo fino a veces en lugar de confiar siempre en mi potencia".
Cuando los Ravens hablan de Ngata hoy, ellos ven a un jugador que se ha hecho capaz de lastimar a las defensivas en una variedad de maneras. "Él tiene mucha habilidad natural, pero ha aprendido a jugar con mejor técnica", dijo Newsome. El coordinador defensivo Greg Mattison agregó que "Haloti siempre ha sido un tremendo jugador de carreras, pero ahora se ha transformado en un buen cazamariscales. Él reconoce las jugadas de carrera y pase más rápido porque está estudiando cosas como las distancias y las posturas de los linieros".
Aún así, la mayoría de la gente piensa que el reconocimiento de Ngata debió llegar hace tiempo. Él fue seleccionado para su primer Pro Bowl en la temporada pasada, pero muchos pensaron que fue soslayado por los votantes en el 2008.
Adecuadamente, Ngata no usó el viaje a Miami para irse a bailar o de fiesta. En lugar de eso, él y Christina se concentraron en cuidar a su hijo bebé, Sam, y en quedarse con sus parientes. "Fue una experiencia única", dijo Ngata. "Pero lo bueno para mí fue estar con mi familia".
Ngata está incluso más concentrado en su familia ahora que está viendo crecer a su hijo. Él a menudo muestra a Sam, ahora con 16 meses de edad, fotos de Solomone y Olga cuando Ngata está en su casa. Antes de sus partidos, Ngata señala al cielo y susurra "los amo" mirando al cielo para honrar a sus padres fallecidos. Y luego están los días en los que la paternidad le toca el corazón. Cuando Sam fue recientemente al barbero para recibir un corte de pelo, Ngata se dio cuenta de que su hijo luce ahora menos como un bebé y más como un muchachito.
Ngata agregó que ser padre le ha dado una nueva perspectiva a su vida. "Tener un hijo me ha cambiado", dijo Ngata. "Ya no se trata solamente de mí. Se trata de sostener a mi familia".
Los Ravens esperan que Ngata, quien cumple 27 años el próximo 21 de enero, puede ser una fuerte presencia en su vestuario en los años por venir. Él ya ha ayudado al novato defensor Terrence Cody a ajustarse a la vida en la liga, y es aparente que Baltimore le estará pidiendo un mayor liderazgo. Lewis tiene ahora 35 años de edad, Reed tiene 32. Los Ravens han intentado agregar juventud a la mezcla.
"A medida que los muchachos se vayan, nosotros construiremos nuestra defensa alrededor suyo, eventualmente", dijo Newsome. "No puedo adelantarme mucho, pero no creo que él se vaya".
Ngata seguramente siente lo mismo por los Ravens. Uno puede ver eso cuando él trotó de regreso al campo de juego para terminar su partido con Stallworth luego de esta entrevista. Él lució como un hombre que saboreaba el hecho de que su carrera se está desarrollando como él lo esperaba en un lugar que él aprecia.
"Cuando llegué aquí, vi a todo el mundo para ver si yo encajaba en este lugar", dijo Ngata. "Ahora todos saben quién soy yo y qué es lo que hago".
Los Ravens también reconocen algo más: El éxito de su muy respetada defensa puede llegar a descansar muy pronto sobre sus amplios y confiables hombros.