El repentino ascenso a la fama de Jeremy Lin con los New York Knicks y el posterior acuerdo de tres años y $25 millones de dólares con los Houston Rockets ha llevado al base armador a los titulares de los principales medios del mundo. Y no siempre con el mejor interés en mente, algo de lo que Lin es consciente.
"Siempre, siempre habrá escépticos", le dijo Lin al San Jose Mercury News. "Pero realmente quiero alcanzar mi potencial para gloria de Dios. Esa es mi motivación más allá de los que me odian y los que dudan de mí. Quiero trabajar duro, dar lo mejor, más allá de que tenga o no gente que me odie".
Lin remarcó que se sintió abrumado cuando Linsanity tocó su pico en febrero y marzo, cuando promedió 18.2 puntos y 7.7 asistencias en 25 juegos como titular con los Knicks. No sacó provecho de su estado como celebridad, aunque admite que el tema lo descolocó un poco.
"Siendo honesto, en algunas maneras, sí", dijo Lin. "Peleé con ello cada día. Pero siento que tuvo su efecto en el subconsciente, con todos halagándote. Dijeron tantas cosas buenas durante tanto tiempo que cuando alguien decía algo negativo, me sentía como, 'Ey, ¿Qué sucede?'".
Desde que firmó una hoja de oferta que los Knicks se negaron a igualar, Lin, de 23 años, ha recibido críticas por ser egoísta y por estar preocupado sólo por el dinero, especialmente dado que los Rockets aumentaron el valor de su contrato.
Primero iban a pagarle alrededor de $9 millones en cada uno de sus últimos dos años de contrato, pero luego lo cambiaron para darle $14.8 millones en el tercer año. Pero Lin dijo que no tuvo nada que ver con eso.
"No fui con ellos y les pedí más dinero", dijo Lin. "No es que me dieron la opción de firmar uno u otro y yo elegí el que perjudicaba a los Knicks. Sólo tuve una oferta de contrato. Eso fue todo".
Lin logró manejar sus entrevistas y apariciones en televisión durante el frenesí de Linsanity, y sólo aceptó acuerdos de patrocinio con Volvo y Steiner Sports. También fue contratado por Nike, pero eso comenzó en 2010.
Al firmar con los Rockets, Lin dejó escapar millones en potenciales ganancias, lo que inspiró a Forbes a escribir un artículo que salió en su sitio web con el título, "Puede que Jeremy Lin sea el graduado de Harvard más tonto de la historia".
Pero Lin sabe que bien que eso no es así.
"Se remite a saber quién soy como persona", dijo Lin. "La gente que me conoce sabe que yo no quería todo esto. No pedí por esto. Me sentí incómodo".
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