El futbol se ha convertido en objeto de una enconada disputa deportiva y también de discordia, entre dos países vecinos: México y Estados Unidos. Algo que se da a nivel de clubes, de selecciones nacionales y hasta entre dirigentes, luego de que Sunil Gulati le ganara a Justino Compeán, en una reñida votación, la vicepresidencia de la FIFA.
Y en medio de esa contienda, elevada a la categoría de Duelo de Gigantes, o Clásico de Concacaf, cada vez que sus representativos nacionales se encuentran en un rectángulo de juego en ambos lados de una frontera que marca el Río Bravo, para los mexicanos, o Río Grande, según los estadounidenses -tampoco en eso están de acuerdo- existe una buena cantidad de futbolistas que debaten y sopesan la entrega de su lealtad a la bandera Tricolor, o a la de las barras y las estrellas.
La decisión no parece tan simple como lanzar una moneda al aire o hacer un autoexámen para saberse o sentirse más mexicano o más gringo. No es una elección tan trivial, como pudiera ser la predilección por un taco o una hamburguesa.
Se trata de algo tan trascendental como la apuesta por un futuro futbolístico. Es como poner en la bolsa de valores todo el capital, los ahorros de una vida, esperando que las acciones vayan a la alza.
Así, el californiano Richard Sánchez, jugador del FC Dallas, fue el guardameta de la Selección Mexicana Sub-17 que ganó el segundo mundial de la categoría para el representativo azteca hace dos años.
Otro jugador con doble pasaporte, el defensa del Guadalajara, Miguel Ángel Ponce, nacido en Sacramento, California, fue integrante del Tri Olímpico de Luis Fernando Tena, que se colgó la medalla de oro en los Juegos de Londres 2012.
Un caso muy especial es el de Edgar Castillo, ya que el defensa de Nuevo México, actualmente jugador de los Xolos de Tijuana, luego de haber defendido la camiseta verde, renunció al Tri para manifestar su lealtad hacia su país de origen.
En la otra cara de la moneda, futbolistas de origen mexicano, algunos de ellos militando en clubes aztecas, se mantienen fieles al seleccionado estadounidense, incluyendo a jugadores que han sido convocados por el técnico Tabaré Ramos a un campamento de diez días para entrenar en las facilidades del Home Depot Center, en Carson, California, con miras a integrar el plantel que disputará el Mundial Sub-20 de la FIFA, que se celebra el próximo verano en Turquía.
"México cuenta con una liga muy fuerte y competitiva, y eso también es indicativo de que nuestros sistemas están desarrollando mejores futbolistas, capaces de ir a México y competir. En lo personal, me parece magnífico ver a estos muchachos irse tan jóvenes, a vivir en condiciones muchas veces difíciles, a un futbol de gran nivel y nosostros estamos recogiendo los frutos", reconoció Ramos, en referencia a elementos como Benji Joya y Daniel Cuevas, ambos pertenecientes al Santos Laguna, lo mismo que el defensa del Guadalajara, Juán Pablo Ocegueda.
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Al final, estamos hablando de futbolistas estadounidenses que nacieron en este país. Para mí resultaría una gran sorpresa que ellos decidieran jugar para otra selección nacional. Y si eligen jugar para Estados Unidos, es algo normal, pues son americanos.
” -- Tabaré Ramos sobre los futbolistas mexico-americanos de EE.UU. sub-20
Tab Ramos considera que voltear hacia el balompié azteca, a la Liga MX, para que las selecciones estadounidenses se nutran con el talento de jugadores que también pueden optar por defender otra camiseta nacional resulta algo natural.
"Al final, estamos hablando de futbolistas estadounidenses que nacieron en este país. Para mí resultaría una gran sorpresa que ellos decidieran jugar para otra selección nacional. Y si eligen jugar para Estados Unidos, es algo normal, pues son americanos", puntualizó el mundialista de 1994.
Sin embargo, no todo resulta tan sencillo. En el caso del centro delantero Omar Salgado, quien ha sido parte de la concentración de Carson, aunque con pocas opciones de integrar el equipo que viajará a Turquía, pues viene arrastrando una serie de lesiones, él renunció a una carrera como jugador de Chivas Rayadas del Guadalajara, refugiándose en la MLS, donde juega para el Vancouver Whitecaps ante la prohibición del club tapatío para que sus jugadores defiendan los colores de una selección nacional que no sea la mexicana.
En la misma disyuntiva se encuentra en la actualidad el defensa Juan Pablo Ocegueda, también jugador del Rebaño Sagrado, pero sin futuro en una institución que enarbola desde hace más de un siglo la bandera del nacionalismo para su plantel.
"Por ahora, entreno con el equipo sub-20 del Guadalajara y me dijeron que después del mundial se decidirá mi futuro. No me desagradaría venir a Chivas USA", indicó el originario de Riverside, California, de sangre jalisciense.
Ocegueda recuerda las sensaciones vividas durante la final del torneo premundial celebrado en Puebla hace algunas semanas, donde el Tri terminaba por imponerse a los estadounidenses.
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Yo me decidí por la selección de Estados Unidos porque aquí he seguido un proceso, pero también me siento bien en México, porque ahí he desarrollado mi carrera.
” -- Juan Pablo Ocegueda
"Produce una emoción muy especial jugar contra México, porque conozco a muchos de los jugadores", confiesa el jugador, quien, aunque guarda especial cariño por la tierra de sus ancestros, no dudó en comprometerse en la defensa de los colores de su país natal.
"Yo me decidí por la selección de Estados Unidos porque aquí he seguido un proceso, pero también me siento bien en México, porque ahí he desarrollado mi carrera", clarificó Ocegueda.
Otro jugador puesto en una encrucijada es el volante ofensivo del Santos Laguna, Benji Joya, quien fuera incrustado por Tabaré Ramos en contra de muchas opiniones en el equipo que aseguró el pase al Mundial Turquía 2013 y que hasta terminó convertido en el capitán del seleccionado estadounidense durante el torneo clasificatorio de la Concacaf.
"Desde niño soñaba con llegar a ser futbolista profesional y ahora sueño con jugar el mundial para demostrar mi capacidad, mi liderazgo, que puedo echarme este equipo al hombro y de esa forma responder a la confianza que me ha dado el profe Ramos", aseguró el nacido en San José, California.
Benji, por cierto, revela que hasta su familia, originaria de Tepic, Nayarit, terminó por alinearse con el seleccionado estadounidense en el choque frente al Tri. "Mis padres, a pesar de ser mexicanos, le iban a Estados Unidos, le iban a su hijo", dijo con una amplia sonrisa.
A Benji Joya lo debutó el Maestro de Zacatecas, Benjamín Galindo, en el primer equipo de Santos Laguna. Disputó siete juegos en primera división, pero no ha tenido la misma suerte con el actual timonel del equipo de La Comarca, el portugués Pedro Caixinha.
Y entre una docena de elementos de sangre mexicana que tiene bajo observación Tabaré Ramos, se encuentra el jugador del Galaxy de Los Ángeles, José Villarreal, otro jugador de destacadísima actuación durante el premundial de Puebla.
"La buena temporada que he tenido con el Galaxy, me sirve de mucho, ante los ojos del técnico, porque la verdad, en este campamento hay mucha competencia", reconoció Villarreal, miembro de esa legión mexicana que defiende la bandera de las barras y las estrellas, con la que aspiran a lograr el sueño mundialista.
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