Uno creó la dinastía más prominente del béisbol, otro transformó el papel de los hombres de azul y uno más dio el primer batazo de hit en el primer juego profesional de la historia.
Jacob Ruppert, Hank O'Day y James "Deacon" White dejaron ese impresionante legado, pero apenas recibirán su merecida recompensa al ser inducidos al Salón de la Fama del Béisbol.
Estos tres personajes, quienes murieron hace más de 70 años, representan a la clase de 2013 y harán que las celebraciones del domingo sean especiales.
Por apenas segunda vez en 42 años, los escritores de béisbol no eligieron a nadie al Salón de la Fama, con lo que enviaron el mensaje claro de que las estrellas de la era de los esteroides (entre los que están Barry Bonds, el dominicano Sammy Sosa y Roger Clemens, quien recibió muy pocos votos en su primer año de elegibilidad) serán juzgados con criterios más estrictos.
"Cuando terminó el envío de boletas, en diciembre, nos dimos cuenta que era muy probable que nadie alcanzara el 75% de los votos de los escritores", necesarios para entrar al recinto, dijo Jeff Idelson, presidente del Salón de la Fama.
"¿Decepcionado? Un poco, porque creemos que en la boleta hay candidatos que merecen ser considerados, pero no estamos sorprendidos", comentó.
La tradición que se preservó fue la reconocer a los cronistas del juego. Paul Hagen, veterano escritor del Filadelfia Daily, será reconocido con el premio Ford C. Frick en una ceremonia que tendrá lugar en el estadio Doubleday. El doctor Frank Jobe, quien practicó una innovadora cirugía al pitcher Tommy John, también será homenajeado.
La última vez que la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos no eligió a un jugador fue en 1971, cuando uno de los grandes de los Yanquis, Yogi Berra, se quedó a pocos votos.
En esta ocasión, el Comité de la Era de la Pre-integración, compuesto por 16 miembros, buscó en sus archivos para seleccionar a un jugador, un umpire y un jugador que tuvieran una actuación destacada en las décadas iniciales del beisbol.
Ruppert y Tillinghast Huston compraron a los Yanquis en 480 mil dólares, antes de que iniciara la temporada de 1915, y empezaron el proceso de convertir a la escuadra en una de las más poderosas de la Liga Americana.
O' Day nació en el área rural de Chicago en 1859, jugó pelota desde niño y trabajó arreglando calderas, además de ser pitcher para diversos equipos locales. Se convirtió en profesional en 1884, pero tuvo que retirarse después de siete años debido a lesiones en su brazo y en 1895 fue contratado como umpire debido a su eficiencia.
White, un receptor que no usaba manopla, fue una de las primeras estrellas de las Grandes Ligas, fue el primer bateador en un juego profesional, celebrado el 4 de mayo de 1871, y conectó un doblete.
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