Hace 25 años, un estudio médico le puso fecha de vencimiento a la vida de "Magic" Johnson, quien este lunes publicó una carta en donde reflexiona sobre aquel momento y cuenta cómo pudo vencer a la muerte, para hoy en día servir de ejemplo para millones de personas.
En la carta titulada "La vida va a continuar para mí", el ex basquetbolista cuenta que su vida cambió en dos oportunidades. La primera en 1979, cuando fue elegido por Los Angeles Lakers para formar parte de la franquicia con la que conquistaría cinco anillos de la NBA; y la segunda, el 7 de noviembre de 1991, cuando anunció que el VIH estaba presente en su sangre.
"Hasta ese momento, pensaba que lo más difícil que había hecho era jugar en contra de Michael Jordan o Larry Bird, pero ese día empecé la pelea de mi vida", escribió Johnson, tres veces MVP (jugador más valioso) de la NBA.
La noticia que recibió una tarde de octubre de aquel año fue un duro golpe para él, pero según sus propias palabra: "Ese día, empecé a comprender cómo Dios estaba trabajando en mi vida. Mi fe me dio fuerzas para levantarme y decirle al mundo que había contraído el virus de inmunodeficiencia humana (VIH)".
Su fe fue el principal sostén de su recuperación y tras su inmediato retiro comenzó a trabajar para crear Magic Johnson Enterprises (MJE), una empresa dedicada a destinar bienes y servicios de calidad a comunidades de bajos recursos.
"Por necesidad, me vi obligado a replantear mi vida. Era vital para mí adaptarme de la vida de un jugador de la NBA a la de un portavoz de VIH / sida y hombre de negocios". Sin experiencia previa, y sin nadie que lo ayudara, Johnson logró transformar ese pequeño emprendimiento en un proyecto que ha cambiado la vida de muchas personas.
Años después, uno de los mejores jugadores que vio el básquetbol mundial regresó a la actividad durante la temporada de 1995/96 vistiendo la camiseta de los Lakers, para luego retirarse oficialmente.
Su historia de superación no sólo lo ayudó en lo personal a cambiar su vida y a encontrar su razón de ser, sino también a que el sida haya dejado de ser una enfermedad tabú: "Sentí que era mi deber educar a tantas personas como las que pude sobre la enfermedad".
Finalmente, en la carta no sólo agradeció a Dios sino también a su familia: "Gracias a todos los que me han animado a cada paso del camino, estoy muy agradecido por mi vida y voy a celebrar todos los días. La vida es un regalo y estoy agradecido a Dios por bendecirme los últimos 25 años".
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