Como jugador de baloncesto, Shaquille O'Neal lo ganó todo. El pívot de 2,16 metros de altura fue cuatro veces campeón de la NBA y se colgó el oro olímpico en 1996. Pero al mismo tiempo que practicaba deporte, siguió formándose intelectualmente hasta alcanzar el grado de doctor. Y aún no se da por satisfecho.
El apelativo de “Shaq” pasó a la historia. Ahora prima “Dr. O'Neal”. El temido coloso bajo los aros en la liga estadounidense de baloncesto es desde hace poco doctor en pedadogía.
“Sólo los niños pueden llamarme aún 'Shaq'. Los mayores deben dirigirse a mí como Dr. O'Neal”, bromeó el ex deportista de 40 años con su habitual amplia sonrisa al obtener su título en la Universidad Barry de Miami.
Tras 19 años y cuatro títulos de campeón de la NBA, el pívot puso fin en 2011 a su impresionante carrera. O'Neal ha ganado cuatro campeonatos de la NBA, tres con Los Angeles Lakers y uno con Miami Heat, además de finalizar subcampeón con Orlando Magic en 1995 y con Los Angeles Lakers en 2004.
Desde diciembre, O'Neal trabaja como comentarista de televisión en la emisora TNT en el programa “Inside the NBA”, en el curso del cual analiza y critica a sus antiguos compañeros y rivales.
Pero, pese a su amor por el baloncesto, la formación tuvo para él la misma importancia que un rebote o un tapón.
Así, el hombre que ganó cerca de 300 millones de dólares en su carrera se diferencia de muchos de sus antiguos colegas. Sólo el 21 por ciento de los profesionales de la NBA terminaron algún estudio.
Cuando a principios de 1992 los Orlando Magic llevaron a O'Neal a la NBA, el gigante prometió a su madre que completaría más tarde sus estudios universitarios.
Hasta entonces, había estudiado tres años en la escuela de negocios de la universidad estatal de Louisiana.
La promesa a Lucille O'Neal la cumplió “Shaq” en 2000.
Cinco años después del título superior siguió la maesría y ahora alcanzó el doctorado. “Yo quería seguir formándome y desafiarme a mí mismo”, subrayó O'Neal.
Su tesis doctoral versó sobre el tema “Cómo los líderes utilizan humor o agresividad en su estilo de mando” va a la medida para él, como lo fue en otro tiempo su papel de pívot. O'Neal se califica a sí mismo de un “líder natural al que le gusta reír”.
Una prueba de ello la brindó a principios de mayo cuando recibió el título de doctor junto con otros graduados.
O'Neal, al igual que los demás, vestía orgulloso el típico atavío rojo de graduación. Cuando su profesor David Kopp le colocó en la tribuna el paño azul claro en el cuello como símbolo de su promoción, O'Neal alzó en alto a su maestro ante el júbilo de las asistentes.
Su madre está orgullosa de poder llamar ahora a su hijo “Dr. O'Neal”.
Y posiblemente llegue pronto un título más. Los rumores que corrieron sobre que O'Neal podría ser el nuevo manager de los Orlando Magic los desmintió personalmente con un rotundo “ningún interés”.
En su lugar, este gigante, que ha dado un gran ejemplo a la niñez y a la juventud, al obter su doctorado, ahora quiere empezar en breve a estudiar leyes (Dpa).
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