Los aficionados que asistan al Super Bowl del football americano el domingo en el estadio de Phoenix serán sometidos a estrictos controles de seguridad, y aunque según funcionarios estadounidenses no hay amenazas terroristas a la vista, se han tomado medidas para evitar los llamados "lobos solitarios".
Patriots de Nueva Inglaterra y los Seahawks de Seattle disputarán el título de la cuadragésima novena versión del Súper Tazón.
Todos los involucrados en la masiva operación de seguridad están en alerta por posibles amenazas terroristas, pero nada concreto se ha detectado, dijo el secretario de Seguridad Nacional Jeh Johnson.
"No tenemos ninguna amenaza creíble específica asociada con el Super Bowl", dijo Johnson a periodistas.
El Departamento de Aduanas y de Inmigración, el Servicio Secreto y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) mostraron esta semana un helicóptero Halcón Negro y máquinas de rayos X en camionetas especiales, que se utilizarán en Arizona.
La NFL ha contratado a 4.000 guardias de seguridad privada, pero gran parte de los departamentos locales y estatales de Policía de Phoenix estarán ese día movilizados. Además, estarán unos 800 socorristas que estarán alerta para cualquier incidente.
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