No hubo sorpresas, los Patriots de Nueva Inglaterra y los Seahawks de Seattle, se enfrentarán por primera vez en su historia en un partido de Super Bowl y será en el cuadragésimo noveno en la historia de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) que tendrá como escenario la University of Phoenix Stadium, de Glendale (Arizona).
Después de lo visto toda la temporada regular y la competición de los 'playoffs' con las respectivas finales de conferencia, nadie cuestiona que al mayor espectáculo deportivo del año, en Estados Unidos, llegaron los dos equipos más fuertes que hay actualmente en la NFL.
Es cierto, que los Patriots consiguieron el título de la Conferencia Americana (AFC) de manera brillante y arrolladora al ganar por paliza de 45-7 a los Colts de Indianápolis, la segunda mayor anotación en la historia de la final.
Mientras que los Seahawks tuvieron que ir a la prórroga y estar al borde de la derrota antes de completar la remontada y ganar 28-22 a los Packers de Green Bay en el partido por el título de la Conferencia Nacional (NFC).
Pero al final, los Seahawks, que defendían el título de la NFC y también harán lo propio en el Super Bowl, mostraron que son unos campeones auténticos, que saben reaccionar, que nunca se dan por vencidos y que como reconoció el entrenador en jefe de los Packers, Mike McCarthy, en la recta final del partido siempre hicieron las jugadas decisivas.
Los Seahawks dieron una lección de lo que debe ser un campeón defensor, luchar hasta el último segundo.
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