Un comentario sarcástico de Mike Brown, dueño de los Bengals, parece haberle dado una loca idea al receptor abierto Chad Ochocinco.
Chad Ochocinco
Ochocinco
Conozcan a Chad Ochocinco, el domador de serpientes.
Días atrás, tras la reunión anual de dueños en Indianapolis, Brown, luego de ver a su estelar receptor practicar casi cualquier deporte excepto fútbol americano durante el paro patronal de la NFL, declaró al periódico Cincinnati Enquirer: "A lo mejor después haga actos con serpientes, y tendremos que ver si lo muerden o no. Siempre tiene algún truco nuevo. Me divierte por un lado, pero me preocupa porque, enfrentémoslo, nosotros queremos a un jugador de fútbol americano. No estamos contratando a una persona que monte toros, a un bailarín, a un jugador de soccer. Queremos a un jugador de fútbol americano. Es muy simple. Y eso debería ser en lo debería concentrarse, no en otras cosas. Chad es un genio para atraer la atención hacia él. No he conocido a ningún jugador de fútbol americano que pueda atraer los reflectores hacia él durante todo el año. ¿Es eso algo bueno o algo malo? Ese es un tema de debate".
La respuesta de Ochocinco, quien tuvo breves pero muy publicitadas incursiones en el soccer y el rodeo profesionales, llegó a través su cuenta de Twitter.
"Me he asociado con Snake Jungle para convertirme en el primer luchador contra serpientes afroamericano", publicó Ochocinco en Twitter. "Gracias a mi dueño Mike Brown por la gran idea".
Luego del impactante anuncio, Ochocinco amplió la información con nuevos mensajes.
"Voy a luchar contra serpientes. Obtuve la grandiosa idea de mi dueño, atrapar una mamba negra o una cobra reina", agregó vía Twitter. "¿Alguien conoce a estas víboras que voy a atrapar? Taipan, Blue Krait, Eastern Brown Snake, Rattle Snake y Death Adder".
Fuentes allegadas al receptor aseguran que el plan es en serio.
Tratándose de Ochocinco, no sería extraño que lo fuera.
Cuando uno de sus seguidores en Twitter le preguntó si acaso quería morir al planear esta nueva aventura, Ochocinco respondió: "Ya estoy muerto".
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