Jim Schwartz, el brillante entrenador en jefe de los Detroit Lions, realizó unos interesantes comentarios posteriores al Draft explicando por qué los Lions seleccionaron al corredor de Illinois, Mikel Leshoure, en la segunda vuelta.
Leshoure se convertirá en el corredor pesado de los Lions, con sus 6 pies de estatura y 227 libras de peso. Su selección llegó un año después de que los Lions invirtiera una selección de primera ronda en Jahvid Best, quien es explosivo y rápido en 5 pies y 10 pulgadas de estatura, y 199 libras. La explicación de Schwartz es otro ejemplo de cómo está evolucionando la posición de corredor.
"Existen muchas cosas diferentes que pueden suceder en nuestra división", dijo Schwartz a reporteros locales después del Draft. "Vemos a un equipo 4-3 como los Chicago Bears. Vemos a un equipo 3-4 como los Green Bay Packers.
"Eso requiere un estilo diferente de corredor. Juegas ante equipos 3-4 que están tapando huecos, así que necesitas a un corredor grande que pueda romper las tacleadas. Quieres tipos especializados para enfrentar a diferentes equipos, necesitas tipos que puedan vencer a los apoyadores, a la gente que prefiere cobertura persona y disfrazar coberturas".
Ha sido fascinante ver cómo ha cambiado el juego para los corredores, especialmente en la década pasada. En los 1970s, el juego pertenecía a los acarreadores de balón. Los mariscales de campo debían tolerar los planes de juego de sus entrenadores de correr el ovoide para ganar con la defensiva. Terry Bradshaw de Pittsburgh, y Bob Griese de Miami estuvieron entre los mariscales de campo del Salón de la Fama que a menudo lanzaron menos de 20 pases por partido.
Recientemente, y en particular después de que Peyton Manning entrara a la liga en el 1998, el partido se ha trasladado a los pasadores. Ahora, el 59 por ciento de las jugadas ofensivas son parte del juego aéreo, y los entrenadores han empezado a mezclar a sus corredores. Algunos equipos emplean a dos corredores; otros optan por tres.
El ideal de tener a un corredor primario ha disminuido en años recientes hasta el punto en que solamente seis jugadores acarrearon el ovoide al menos 20 veces por partido, en promedio, la temporada pasada. La observación de Schwartz sobre los enfrentamientos desde el backfield es acertada si miras las estadísticas de los corredores, particularmente en una época en la que defensivas 3-4 han regresado a ser la moda en la liga.
Quince equipos emplearon sistemas 3-4 la temporada pasada. Los Browns y Broncos han regresado a lineas de cuatro defensivos, pero los Houston Texans contrataron a Wade Phillips para instalar una 3-4 esta temporada, dejando el número actual de clubes con esquema 3-4 en 14.
Aceptando que algunas conversiones a la 3-4 han fracasado, es difícil sacar estadísticas que muestren tendencias en la liga. Todo mundo sabe que es complicado correr en contra de las defensivas 3-4 de los Steelers y Ravens. En Cleveland, sin embargo, dos entrenadores en jefe perdieron sus empleos intentando establecer una sólida 3-4 en contra de la carrera. Mike Nolan no podía frenar consistentemente el ataque terrestre en San Francisco usando una 3-4. Los Jets tuvieron problemas hasta que Rex Ryan tomó el timón. El cambio de Denver terminó siendo un fracaso, también.
Lo que es claro, sin embargo, es que Schwartz es correcto. Vencer a un equipo con defensiva 3-4 es más sencillo por tierra cuando se tiene a un corredor más grande, o al menos uno que pueda romper las tacleadas.
Adrian Peterson
Icon SMIPeterson logra ser efectivo ante esquemas defensivos 3-4
Ningún corredor en la NFL rompe mejor las tacleadas que Adrian Peterson de los Vikings. Mide 6 pies con 1 pulgada, pesa 217 libras, y corre con furia. Pero por bueno que sea, sus números han caído mientras intenta abrirse camino entre más y más defensivas 3-4.
Peterson tuvo su mejor campaña en el 2008, acumulando 1,760 yardas y promediando 4.8 yardas por acarreo. Sin embargo, sus números cayeron durante las siguientes dos campañas con Brett Favre a su lado y más defensivas 3-4 en el calendario. En el 2009, Peterson enfrentó a siete equipos con 3-4, y acumuló 1,383 yardas. La temporada pasada, encaró a ocho clubes 3-4 y sumó 1,298 yardas.
Como puede romper tacleadas, Peterson mantuvo un impresionante promedio de yardas por acarreo (4.4 en '09, 4.6 en '10), pero claramente fue más complicado correr ante defensivas que emplean linieros que se ocupan ante dos carriles, con los apoyadores fluyendo hacia el balón para frenarlo.
Ray Rice es un estelar de 5 pies y 8 pulgadas de estatura y 212 libras de peso para los Ravens, y él enfrenta el reto supremo de jugar en la AFC, que contiene a nueve de las defensivas 3-4 de la liga. Rice abrió la campaña pasada enfrentando siete de ocho defensivas 3-4.
Disfrutar de un juego de 133 yardas ante una frágil defensiva de Denver ayudó, y Rice acumuló 606 yardas y promedió 3.9 yardas por acarreo durante esos primeros ocho encuentros, pero su promedio ante defensivas 3-4 fue de 3.82.
Del mismo modo, los Steelers obtuvieron al menos 1,200 yardas de Willie Parker, 5pies y 10 pulgadas de estatura y 212 libras de peso, cada año del 2005 al '07, pero no fue efectivo rompiendo tacleadas. Eso forzó a los Steelers a a alejarse de su normalmente dominante ataque terrestre.
Un mayor Rashard Mendenhall ha ayudado a los Steelers a restablecer a su ataque terrestre cuando quieren recargarse en él. Cincinnati estaría perdido si no recontratara al corredor de 5 pies y 11 pulgadas de estatura, y 227 libras de peso, Cedric Benson, quien como Mendenhall, puede romper tacleadas.
Hasta cierto punto, la decisión de los Buffalo Bills de reclutar al corredor veloz de 5 pies y 11 pulgadas, y 196 libras de peso, C.J. Spiller, luce más curiosa ahora que en el día del Draft 2010. Spiller está en una división llena de equipos 3-4 --New England, Miami, New York Jets-- y juega en una conferencia dominada por linieros dominantes de clubes 3-4.
La NFC permite más enfrentamientos flexibles, lo que se ajusta a la teoría de Schwartz. A menos que los equipos de la NFC se midan ante la AFC Este (cuatro equipos de la 3-4), los entrenadores de la NFC pueden formular planes de juego que se recarguen en corredores mayores ante 3-4s y corredores veloces ante 4-3s.
En Detroit, Schwartz puede emplear la fuerza de Leshoure para atacar el esquema 3-4 de los Packers, y luego recurrir a Best para tratar de superar por velocidad a las 4-3s de los Vikings y Bears. Obtener a Leshoure fue un lujo para Detroit y un buen ejemplo de la evolución de los corredores como respuesta a los cambios de la liga.
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