El mexicano Gustavo Ayón regresó de su lesión y jugó su primer partido de la temporada el pasado domingo con el Baloncesto Fuenlabrada de la liga española, con unos números que le han hecho merecedor de todo tipo de halagos y que han vuelto a despertar la rumorología sobre su futuro en la NBA, un sueño en el que asegura que prefiere no pensar.
Además, según declaró, ha tenido momentos muy duros durante esta lesión, en la que se llegó a barajar la opción de una operación. Fue él quien decidió jugar, bajo su responsabilidad, al encontrarse bien y, por el momento, sólo piensa en Baloncesto Fuenlabrada y en seguir trabajando.
Ayón firmó 20 puntos, 9 rebotes, 3 asistencias, 2 robos y 2 faltas recibidas, con 26 puntos de valoración, en su vuelta a las canchas.
¿Cómo se encontró el domingo en la cancha?
Bien, gracias al trabajo que hizo el preparador conmigo. Está poniendo mucho empeño en que me recupere, y yo también estoy aprovechando para recuperarme más pronto físicamente.
No he parado en ningún momento, he estado trabajando físicamente y lo único que no he hecho ha sido jugar a baloncesto. Me sentí bien físicamente, el único problema es que me encontré algo perdido en alguna jugadas, pero muy bien en todo lo demás.
¿Cuando le dijeron que jugaría?
No me dijeron que jugaría. Yo lo decidí. Me preguntaron si podía, me dejaron toda la responsabilidad y yo dije que sí.
Después del encuentro, ¿no se ruboriza ante tantas alabanzas y agasajos?
El equipo es muy importante, es muy importante que ganara. Los halagos y todo lo que te dicen hay que entenderlo por el lado amable, pero hay que seguir trabajando porque es un partido.
¿Qué hay sobre un posible salto a un grande de Europa o a la NBA?
No quiero pensar en eso, solo pienso en hoy, que estoy aquí y trabajaré del mismo modo que lo hice cuando llegué a Fuenlabrada. No tiene sentido pensar en la NBA si estoy aquí en Fuenlabrada, siempre ha sido un sueño pero hay que seguir trabajando.
Todos los jugadores queremos llegar lo más alto posible y yo no soy la excepción para eso. Aunque ahora solo pienso en Fuenlabrada. Llegué con la ilusión de trabajar, de mejorar y ayudar a mi equipo en todo lo posible. Como todos los jugadores, tengo ilusiones y si esto es un trampolín, se aprovechará, pero no pienso en ello.
¿Cómo fue el periodo de lesión?
Pues unos días bien, otros muy cansado, otros desesperado. Hubo días en los que me sentía muy bien y quería trabajar y entrenar, y al otro día no podía mover el hombro.
Se llegó a especular con una posible operación.
Al inicio no se sabía qué era lo que tenía. No se sabía si era sólo un golpe o una lesión en el hombro. Pero en la resonancia salió que era una lesión del músculo. Se habló de operación, era una opción muy real hasta que fuimos a un especialista y lo descartó. Nos dijo que sería sólo recuperación y terapia para irlo asimilando.
Uno de los puntos que más curiosidad despierta de su pasado es que jugó al voleibol.
Sí, pero no cambié en ningún momento un deporte por otro, baloncesto por voleibol. Nunca lo llegué a practicar de forma profesional ni a un alto nivel. Jugaba en el colegio y la universidad, pero no más.
¿Se ve en los próximos Juegos Olímpicos?
Primero tenemos que trabajar y ser capaces de hacer algo bien en nuestro país, después habría que pensar en algo más grande. Me ilusionaría mucho estar en esa situación, pero está un poco lejos de que podamos llegar a ese nivel.
¿Cómo se ve a España fuera de nuestro país?
Personalmente siempre me he fijado más en la selección de Argentina, que la tenemos más cerca y que competimos contra ellos. Antes de venir apenas tenía conocimiento de ella. Ahora estando aquí sí que me fijo más y sólo puedo decir que es un rodillo, que cualquier jugador es de un nivel muy alto, en cualquier otra selección podrían ser titulares indiscutibles.
Es una selección muy importante, y más ahora con la llegada de Ibaka. En los próximos Juegos Olímpicos se plantarán cara a cara con cualquiera. Siempre está Estados Unidos, pero su nivel está muy cercano, más que el resto de equipos.
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