Los propietarios y los jugadores de la NBA se alistan para otro capítulo de su disputa laboral, el cual se perfila como el más enconado hasta ahora.
Las dos partes tienen previsto reunirse el sábado en Nueva York al tiempo que las conversaciones están atoradas, un grupo de jugadores amenaza con desarticular al sindicato y un sector de los propietarios insiste en su ofrecimiento para llegar a un acuerdo.
Sólo algo parece cierto, y es que la amenaza de que se pierda toda la temporada 2011-12 nunca ha sido más grande.
Dos personas enteradas de las negociaciones le dijeron el viernes a The Associated Press que las diferencias entre las partes podrían ensancharse si no hay un avance serio este fin de semana con el mediador federal George Cohen, quien se reincorpora a las conversaciones. Las personas hablaron a condición del anonimato porque no fueron autorizadas a hablar en público de las negociaciones.
El sindicato de basquetbolistas dijo que el sábado comenzará a negociar de nuevo con los propietarios de los equipos, al tiempo que sostuvo que los jugadores mantienen un frente común en su búsqueda para poner fin al cierre patronal.
El presidente sindical Derek Fisher, su director ejecutivo Billy Hunter y miembros del comité ejecutivo dijeron tras reunirse el jueves unas tres horas que los reportes de que hay división entre ellos carecen de sustento.
"No hemos tenido problemas, y esa es la realidad", señaló Hunter.
Hunter dijo que durante la reunión del jueves analizaron los reportes que cuestionan las lealtades de Fisher.
"La lucha no es dentro de nuestro sindicato", dijo Keyon Dooling, base de los Bucks. "Derek Fisher es el mejor presidente que ha tenido nuestro sindicato. Como miembros del comité, lo respaldaremos... soy el primer vicepresidente y lo respaldo".
Pero no todos los jugadores piensan igual.
Unos 50 basquetbolistas molestos sostuvieron una conferencia telefónica con un abogado anti monopolios en torno a la posibilidad de disolver su sindicato.
Una persona informada sobre la llamada del jueves dijo a The Associated Press que pequeños grupos de jugadores _entre los que están algunos de los mayores astros de este deporte_ han sostenido durante algún tiempo reuniones informales sobre la idea de quitarle la certificación al sindicato. La persona habló a condición de guardar el anonimato porque los jugadores que participaron en las llamadas acordaron mantener los detalles en privado.
El 30% de los basquetbolistas tendrían que firmar una petición y luego una mayoría tendría que votar en favor de quitarle la certificación al sindicato. Pero si sólo se habla del retiro de la certificación ello podría darle a los jugadores ventaja en las negociaciones.
La persona también confirmó que Paul Pierce de Boston, Dwight Howard de Orlando y Dwyane Wade de Miami están entre los que participaron en la llamada del jueves, aunque la persona no proporcionó detalles específicos sobre quién habló la mayor parte del tiempo y qué fue lo que se dijo.
"Es una opción", dijo la persona sobre el hecho de que los jugadores pudieran quitarle la certificación al sindicato. "No pedimos esto (el cierre patronal). Queremos jugar. Si esto nos lleva hacia allá, estoy totalmente a favor, porque algo tiene que pasar".
The New York Times reportó que los basquetbolistas molestos intentan presionar para disolver el sindicato si las conversaciones laborales de este fin de semana carecen de éxito o derivan en un acuerdo que ellos consideren inapropiado.
Los dueños también muestran indicios de que no todos están en el mismo plano. El propietario del Heat de Miami, Mickey Arison, fue multado la semana pasada por insinuar en Twitter que ya estaba dispuesto para llegar a un acuerdo, mientras se dice que varios propietarios de equipos con mercados pequeños esperan más concesiones de los jugadores.
Los propietarios prevén reunirse el sábado antes de las negociaciones para afirmar su posición en las conversaciones, dijo una persona enterada del encuentro a The Associated Press. La persona pidió el anonimato por carecer de permiso para hablar de la reunión en público.
Los propietarios han planteado que la repartición de los ingresos sea a partes iguales. El sindicato ofreció reducir su anterior parte de 57% a 52,5%. La distribución de 50-50 es inaceptable para los jugadores, y para algunos dueños.
El diario The New York Times informó el viernes que un grupo de entre 10 y 14 propietarios, encabezado por el ex jugador Michael Jordan, de Charlotte, estaba inconforme con el ofrecido reparto de 50-50 y quiere que la parte de los jugadores no sea mayor al 47%.
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