La infección nasal de Dirk Nowitzki y la historia alrededor fue un síntoma de burla para las súper estrellas Dwyane Wade y LeBron James antes del Juego 5.
Mientras caminaban fuera del American Airlines Center tras la práctica del jueves por la mañana, Wade y James pretendieron toser y hacer gestos, mientras repetidamente se tapaban sus bocas con las remeras mientras eran filmados por Miami CBS affiliate WFOR.
"Wow, ¿me escucharon toser todos? Entonces creo que estoy enfermo", dijo Wade antes de hacer los gestos junto a James.
Esto llegó dos días después de que Nowitzki anotase 21 puntos, incluyendo una bandeja crítica en el minuto final, mientras jugaba con fiebre durante la victoria del Juego 4 de los Dallas Mavericks en las Finales.
Wade ya ha dejado claro que creía que la historia de Nowitzki jugando con enfermedad y lesiones -la estrella de los Mavericks se torció un tendón en el dedo medio de su mano izquierda en la apertura de la serie- había sido exagerado.
"Tengo respeto por él porque es un gran jugador. No me meteré con las lesiones", dijo Wade el miércoles. "Todo el mundo está lesionado a esta altura. No me meteré en esa historia divertida de estar enfermo, también. Una vez que entras a la cancha, estás ahí. Todo el mundo es igual".
"Es un gran jugador sin todas esas historias dramáticas que se han llevado adelante".
Wade, quien filmó alguna vez un comercial de zapatillas que glorificaban su dureza, está lidiando con su propia lesión ahora mismo. Sufrió un golpe en la parte izquierda de la cadera tras chocar con el alero reserva Brian Cardinal, durante la derrota en el Juego 5, el jueves por la noche, lo que le hizo perderse una parte del juego.
"No hablo de lesiones", dijo Wade tras el Juego 5. "Es poco afortunado haber tenido que dejar el juego, pero regresé y lo terminé... una vez que estás en la cancha, estás en la cancha. Sin excusas".
Nowitzki mantuvo una tos leve el jueves por la noche, pero su fiebre bajó y se sintió bien para anotar 29 puntos y ayudar a los Mavs a tomar la delantera 3-2.
"Puede no estar al 100 por ciento", dijo el coach Rick Carlisle. "Pero se lo veía OK".
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