Perdona mi limitado marco de referencia para una persona de tal impacto en la escena mundial del básquetbol, pero todos mis pensamientos sobre Yao Ming se siguen remontando a eventos en el Staples Center de Los Angeles. Tal vez eso sea una verdadera medida de lo grandiosa que ha sido la escala de Yao, que tantos pequeños momentos básicamente podrían resumir al hombre, al jugador y al fenómeno de marketing.
Para empezar, el Staples Center fue el primer lugar en el que vi a Yao en persona. Es un momento que no olvidare nunca, como la primera vez que vi la Torre Eiffel. Necesitas ser testigo de algunas cosas, y Yao es una de ellas. Fue el 17 de noviembre de 2003. (Esa también pasó a ser la primera vez que Yao anotó más de 19 puntos en un partido de la NBA, lo que lo llevó a un método inusual de honrar una apuesta por Charles Barkley).
Un par de horas antes de que los Rockets enfrentaran a los Lakers, Yao estaba haciendo tiros en salto en la cancha, y me detuve para maravillarme al ver lo alto que un ser humano podía llegar a ser. Había cubierto a Gheorghe Muresan de los Washington Bullets antes. Muresan tenía 7´7 pies de altura. Pero Muresan se movía con torpeza, como los monstruos de animación las películas de "Jason y los Argonautas". Yao tenía movimientos más fluidos que Muresan, pero era más robusto que los delgadísimos Shawn Bradley y Manute Bol. Era grande, pero normal, si eso tiene sentido, y eso es lo que lo hacía tan inusual.
Era tan alto que hasta el grandote de 7´2 pies y 300 libras, Shaquille O'Neal, dijo: "Es un muchacho grande".
Yao sacó lo peor y lo mejor de Shaq. Lo peor fue cuando O'Neal salió en la televisión y con un pésimo dialecto de una película de kung-fu le planteó un reto a Yao. Lo mejor fue la primera vez que se enfrentaron en los playoffs (en el Staples Center, por supuesto) y O'Neal jugó la defensiva más inspirada que he visto de él. Saltó en las pantallas, se recuperó en el pick-and-roll, se dedicó a prevenir que Yao fuese un factor y sólo permitió que sumase diez puntos en cuatro de sus 11 disparos. En realidad, fue un signo de respeto por parte de Shaq, que se había tomado a Yao en serio como para esforzarse al máximo.
Shaq respetaba a Yao, porque era un hombre grande que se basaba en la habilidad, además de su tamaño, pero nunca hasta el punto de instalarse a 20 metros del aro. La NBA necesita más de esos jugadores, al igual que la NBA necesita más estrellas de China. Yao hizo su parte -- más que su parte, en realidad -- en el establecimiento de una conexión entre la liga y el país más poblado del mundo.
Lo que nos lleva a su legado. Otra notable memoria de Yao Ming en el Staples Center se produjo cuando Yao ni siquiera estaba jugando. Fue aproximadamente una hora antes del Juego de las Estrellas de este año, y la sala de entrevistas de los medios de comunicación estaba tomada por la división de Sprite de China. Había publicidades de Sprite en todas partes, monitores de TV y altavoces a todo volumen pasando música a todo volumen. Había una multitud de periodistas chinos. Luego salió Kobe Bryant, quien se sentó y respondió las preguntas de un moderador, todo para promocionar una campaña publicitaria con la estrella taiwanesa, Jay Chou.
No me puedo imaginar a Kobe haciendo cualquier otra promoción justo antes del Juego de las Estrellas, ni siquiera para Nike. Pero esa es la importancia que estos jugadores le dan al respaldo chino. Hemos visto a jugadores como Steve Nash y Baron Davis firmar acuerdos con empresas de calzado chino. Tal vez estas cosas hubiesen sucedido con el tiempo sin Yao. Pero no tan rápido, y no por tanto dinero.
A Yao no se lo reconoce por haber llevado la NBA al otro lado del océano. Eso se lo pueden agradecer a Detlef Schrempf, Drazen Petrovic, Vlade Divac, Toni Kukoc y la gira triunfal del 'Dream Team' por Barcelona. Pero, sin duda, Yao ha sido el plato principal de la liga en Asia. Por ahora hay un desequilibrio en el cambio, con más estadounidenses rumbo a China para buscar ganancias que jugadores chinos entrando en la NBA en su propio beneficio. Tal vez pasarán 19 años después de Yao para que su influencia llegue a buen término en la forma en que el 'Dream Team' se vio reflejado en el número de extranjeros seleccionados en el draft de este año.
Yao siempre será el precedente. No sólo porque fue el primer jugador extranjero seleccionado con el pick general No. 1, sino debido a la forma en la que aplacó cualquier ignorancia cultural estadounidense y se ganó un lugar en nuestros corazones con su sentido del humor.
Al igual que su carrera se vio interrumpida debido a que su cuerpo no aguantó, estoy decepcionado de no haber entendido muchas de sus bromas a causa de la barrera idiomática, a pesar de su rápida adaptación al inglés.
Terminaré con una impresión más de Yao en el Staples Center, aunque fue una hoja de citas que encontré en una mesa de la sala de prensa durante el All-Star Weekend 2004 en Los Ángeles.
Pregunta: ¿Qué tipo de música estadounidense te gusta escuchar?
Yao: Me gusta el Himno Nacional. Lo escucho al menos 82 veces al año.
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