Una de las preocupaciones de Jurgen Klinsmann para la construcción de la selección nacional de EE.UU. es lidiar con la preparación de un plantel cuyos jugadores cuentan con estados de forma dispares. Muchos de los convocados militan en clubes europeos y sus temporadas tienen una duración mayor que los que juegan en la MLS.
Unos cierran el telón al año cuando otros lo están comenzando, algo que dificulta mucho la labor del seleccionador y su cuerpo técnico.
"Es muy difícil, pero estaba al tanto de la situación desde que llegué. Supone todo un reto para un entrenador el no hacer planes individuales hasta que no acaben sus temporadas", afirmó el director técnico alemán.
Y es que la planificación de la liga estadounidense es una traba para realizar su trabajo, algo que quiso dejar claro antes de que EE.UU. se midiera a Ecuador en partido amistoso. "¿Cómo estirar la temporada de la MLS para hacer que sea una liga más competitiva?", reflexionó el seleccionador. "Ahora no lo es", apuntó, agregando que "el que su duración sea de siete u ocho meses en lugar de una temporada de 11 meses influye en la forma y los jugadores no están al mismo nivel".
Por tanto, según el técnico, es necesario que los jugadores hagan sacrificios para poder estar a la altura física que se requiere para que EE.UU. sea una selección con peso en el panorama internacional. Y Klinsmann avisa: "Si hay que hacer un trabajo extra, el jugador no debería de irse de vacaciones. Al que quiera descansar seis semanas, le daría un abrazo y le diría que se lo pase bien, pero que no vuelva por aquí", argumentó el seleccionador. "Un jugador internacional debe hacer un trabajo extra".
Otra de las premisas que Klinsmann requiere a sus hombres es la actividad. "Para mí lo más importante es que juegues, si estás en el banquillo en México, en Europa o en la MLS, tendrás problemas". Y es que varios jugadores han cambiado de equipo en la recién comenzada temporada en el Viejo Continente, algo que, según el técnico, debería estar sujeto a una conversación previa con el cuerpo técnico.
"Les digo que siempre que vayan a hacer un gran cambio (de equipo), vengan y hablen conmigo, me pidan opinión. Sobre todo con los jugadores jóvenes. Creo que deberían de hablar con el técnico para saber cuál es el momento, porque lo que necesitan son partidos", explicó Klinsmann.
Jugadores como Carlos Bocanegra o Michael Bradley, hijo del anterior seleccionador estadounidense, Bob Bradley, cambiaron de equipo hace unos meses (del Saint Etienne al Glasgow Rangers y del Borussia Mönchengladbach al Chievo Verona, respectivamente) y otros como Brek Shea están en el candelero de la rumorología futbolística por el interés de grandes de la Premier League inglesa tienen por el joven futbolista. Manchester United y Liverpool parecen estar detrás del delantero de 21 años, que actualmente milita en Dallas, un movimiento en el que Jurgen Klinsmann tiene mucho que decir.
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