Empujados por la necesidad de lograr un acuerdo pronto, jugadores y dueños de equipos de la NBA dialogaron el viernes durante cuatro horas y seguirán las negociaciones laborales el sábado.
LeBron James, Carmelo Anthony, Kevin Durant y 18 jugadores más participaron del encuentro con diez dueños en Nueva York, crucial para decidir si la temporada arranca a tiempo. El plazo se acaba para lograr un convenio colectivo de trabajo antes que sea necesario postergar el inicio de la liga, fijado para el 1 de noviembre.
Derek Fisher, presidente del sindicato de jugadores, afirmó que las conversaciones fueron "interesantes", pero cuando le preguntaron si se lograría un acuerdo el fin de semana, dijo: "No puedo contestar eso".
Nadie quiso dar una idea de cuánto se avanzó, pero las partes dijeron que era una buena señal que las conversaciones sigan el sábado. Los dos bandos se habían comprometido a negociar todo el fin de semana ya que si se llega a la próxima semana sin un acuerdo, será necesario cancelar partidos de la temporada regular.
Pero también advirtieron que será difícil llegar a un consenso en estos dos días.
"Lo único que diré es que hoy había una sensación de urgencia en la sala", dijo el vicecomisionado Adam Silver. "Creo que la sensación de ambas partes es que tenemos que empujar en serio este fin de semana. El tiempo corre y no creo que hubiera desacuerdo sobre eso".
Silver y el comisionado David Stern deslizaron que el sindicato estaba conforme con la propuesta de la liga de mejoras al sistema de distribución de ingresos entre los equipos, que los jugadores ven como una manera de enfrentar las pérdidas que sufre la NBA.
Pero el sistema de tope salarial al parecer seguía representando un obstáculo. Los jugadores se resisten a la implementación de un límite rígido en lugar del sistema actual, que permite excepciones.
Una persona informada de lo que sucedió en la reunión dijo que el astro del Miami Heat Dwayne Wade, normalmente una persona amable, expresó un fuerte enojo sobre el proceso de negociación y dirigió la mayor parte de sus críticas a Stern. Dijo que sentía que el comisionado le había faltado el respeto. La persona pidió no ser identificada porque las partes acordaron no divulgar detalles del encuentro.
Stern negó que pudiera amenazar con cancelar toda la temporada a esta altura, pero repitió que habría un riesgo de que eso suceda si no hay avances pronto.
"Ambas partes aceptaron que las consecuencias de no llegar a un acuerdo nos llevan a la posibilidad de perder partidos de temporada regular, en algún punto no muy distante", dijo. "Y aceptamos que, una vez que empiezas a perderlos y los jugadores pierden sus cheques salariales y los dueños pierden dinero, las posturas de ambos lados se endurecerán".
El nuevo plan de distribución de ingresos de la liga triplicaría el fondo que se reparten los equipos, que este año fue de 54 millones de dólares. Al tercer año de vigencia, lo cuadruplicaría respecto al actual.
En cuanto a los salarios, los dueños suavizaron su exigencia de un tope fijo y propusieron cuatro niveles ascendentes del "impuesto al lujo" que los equipos pagan por excederse del límite.
Pero Fisher, sin dar detalles, dijo que esto aún no era suficiente para el sindicato, ya que el sistema "en casi todos los sentidos sería un tope rígido para los equipos".
"No significa que la negociación se haya terminado, pero no está para nada cerca del punto en que podríamos aceptar", agregó.
El tercer punto importante es el reparto de ingresos entre los equipos y los jugadores: la liga quiere bajar el 57% que tienen garantizado los deportistas.
Muchos jugadores irán al juego en beneficio de una institución de caridad de Chris Paul y no estarán el sábado, cuando están planeadas las juntas en grupos pequeños.
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