Hace un año, el plantel de los San Antonio Spurs parecía camino a convertirse en una más de las grandes dinastías del pasado, condenado a los programas especiales y las recopilaciones de partidos de las épocas doradas.
La generación liderada por Tim Duncan, Tony Parker y el argentino Manu Ginóbili tenía grandes problemas para llegar a la postemporada, sufría constantes lesiones y los jugadores adquiridos no lograban refrescar al equipo.
Sin embargo, los Spurs vuelven este domingo, al recibir a Memphis Grizzlies, a una de sus clásicas costumbres: iniciar la postemporada en el primer puesto de la Conferencia Oeste.
Por quinta vez en los 14 años de carrera de Duncan, San Antonio es el mejor del Oeste y tiene ventaja de localía sobre sus rivales al menos hasta la final de conferencia. En ese período, los Spurs ganaron cuatro campeonatos y amasaron el porcentaje de victorias más alto de la NBA, .700.
Pero, hace un año, el equipo parecía en declive tras su peor temporada de esta era.
Seis meses después, Tony Parker predijo en la pretemporada que ésta sería la última oportunidad. Fue un "ahora o nunca" que sonó casi brutalmente honesto en su momento.
Ahora parece que los Spurs podrían tener un futuro más brillante que lo que todos pensaban.
"Cada partido, cada serie es especial en este momento. Yo lo entiendo", dijo Duncan el viernes. "Este es el final de mi carrera, el último par de años. No doy nada por hecho. Cada año tenemos nuestra última oportunidad (de ganar un título). Vamos a tomar esto como es".
"Tal vez vamos a conseguir otra", agregó. "Tal vez no".
Los Spurs podrían empezar la postemporada sin Ginóbili, que el miércoles sufrió un esguince en su codo derecho en el último partido de la temporada regular en Phoenix. El argentino, seleccionado para el Juego de Estrellas, está en duda para el primer partido pero publicó el jueves en Twitter que el dolor ya casi había desaparecido.
El técnico Gregg Popovich dijo el viernes que Ginóbili jugará durante la serie contra los Grizzlies. Es sólo uno de los obstáculos que San Antonio ha enfrentado en el ejercicio de mantener el mejor récord de la NBA hasta la última semana de la temporada --terminó con foja de 61-21-- y lograr la tercera mejor campaña regular en la historia de la franquicia.
"No creo que haya nadie dentro o fuera de la liga que creyera que este equipo sería el primero en el Oeste", dijo Popovich.
El renacer parece asombrar hasta al dueño de los Spurs, Peter Holt.
"Definitivamente estamos pasando de la era de Tim Duncan a la siguiente", dijo Holt. "Realmente vamos a tratar de hacer algo que, en la historia de la NBA, es muy difícil: cuando pierdes a un jugador del Salón de la Fama como Tim Duncan, no salir del mapa ni pasar por un proceso de reconstrucción".
Según Holt, la idea era mantener a los jugadores que tenían. No podían conseguir una gran figura pero ya tenían a dos en su lista: Parker y Ginóbili.
Los Spurs querían rejuvenecer el equipo y les preocupaba que Parker y Ginóbili pudieran aguantar después de años de lesiones. Al final, dijo Holt, tuvieron fe en que seguirán sanos y valoraron su lealtad con extensiones de contrato.
Mientras piensan en el futuro, los Spurs esperan sacar lo mejor de la oportunidad que tienen.
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