El comisionado de la NFL, Roger Goodell, fue categórico cuando dijo que “sin duda me gustaría que mi hijo jugase este deporte”, en un rechazo completo a las declaraciones que hizo el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseverando lo contrario, por considerar que se trata de un juego muy violento.
Tras las declaraciones de Obama, en las que dijo que tendría que pensarlo mucho para dejar a un hijo suyo jugar fútbol americano, Goodell fue categórico al responder a la misma pregunta que le hicieron en el programa Face the Nation de la CBS, antes que diese comienzo el Super Bowl XLVII, en Nueva Orleans.
Al igual que el presidente, Goodell tiene dos hijas. El comisionado desvió la pregunta acerca de permitirle jugar a su hijo fútbol americano al señalar el alto índice de conmociones cerebrales en el fútbol soccer femenino.
En una entrevista con The New Republic, Obama dijo que le encantaba el fútbol americano pero que estaba preocupado por los efectos a largo plazo sobre los jugadores por los fuertes golpes que reciben.
Miles de exjugadores han demandado a la NFL, alegando que no se hizo suficiente para informarles sobre los peligros de las conmociones y no se ha hecho suficiente hoy en día para cuidarlas.
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