viernes, 18 de enero de 2013

LeBron James devora a los Lakers

La actuación de LeBron James (39 puntos -el mejor registro de la temporada-, 8 rebotes y 7 asistencias) llevó a los Miami Heat a la victoria (90-99) en el Staples Center ante Los Ángeles Lakers en el regreso de Pau Gasol a las canchas tras cinco partidos de baja por una conmoción cerebral.

Dwyane Wade aportó 27 tantos, mientras que Kobe Bryant registró 22 puntos (8/25 en tiros), Dwight Howard acabó con 13 puntos y 16 rebotes y Gasol, que salió desde el banquillo por primera vez desde marzo de 2005, firmó 12 tantos, 4 rebotes y 4 asistencias en 25 minutos.

Los Lakers habían ganado los últimos siete partidos en los que se habían medido al campeón de la NBA. Las cosas no empezaron bien para los locales desde el principio.

Cuatro pérdidas de balón provocaron cuatro tremendos mates de Miami (dos de James y dos de Wade) a las primeras de cambio en velocísimos contraataques, pero tras el tiempo muerto solicitado por Mike D'Antoni las aguas se calmaron de la mano de Steve Nash.

Las imprecisiones en el ataque californiano y la inconsistencia de su segunda unidad lastraban su fluidez, compensada en parte por el bajón de su rival con los reservas en pista y por la presencia de Gasol en la pintura.

Bryant no terminaba de engrasar la muñeca (2/9), así que un secundario como Antawn Jamison tomó el testigo y con cuatro puntos seguidos aventajó a los suyos (35-33). Sin embargo, las pérdidas de balón angelinas arreciaban y tanto James como Chris Bosh pasaron factura.

La superioridad de centímetros era un factor a explotar por los Lakers. Howard fue entrando en calor poco a poco y cuanto más dominaba la zona, más se cerraba la defensa de Miami sobre él, lo que permitía a los locales gozar de tiros sencillos desde el exterior como el que selló World Peace para dejar el marcador en 45-44 al descanso justo antes de otro mate asombroso de James.

Los de D'Antoni iban por delante a pesar de sus 16 pérdidas de balón y los excesos de Howard, que pecó en ocasiones de no defender a tiempo y de mostrar demasiada ansia a la hora de ir al tapón -muchas veces sin opción real de colocarlo-, lo cual dejaba al descubierto a sus compañeros a la hora de cerrar el rebote.

La magia de Wade, con preciosas asistencias, y el despliegue todoterreno de James daban alas a Miami, que logró capear un pequeño amago de reacción liderado por un inspirado Jamison en plena debacle de Bryant (3/16) para llegar al último periodo con una renta de ocho puntos (65-73).

A pesar de lo tosco de sus ataques y la inconsistencia defensiva, los Lakers regresaron al partido en cuanto su estrella despertó. Su capitán se puso el mono de trabajo y comenzó a ver el aro como una piscina. Un mate de Gasol empató el choque (78-78, m.42) y de ahí al final todo fue un lujo en forma de toma y daca constante, hasta que Ray Allen y James, con canastas estratosféricas, dijeron basta.

EFE

No hay comentarios:

Publicar un comentario