Una de las frases más repetidas, pero también más bellas que pueden decirse de este hermoso deporte, es que se trata de un juego de equipo.
La afirmación es tan trillada como válida. Y no sólo se trata de un equipo, sino de tres equipos por cada bando: ofensiva, defensiva y equipos especiales.
Sin embargo, pese a que resulte incómodo admitirlo, en realidad no estaríamos contando toda la historia, si dijéramos que se trata sólo de un juego de equipo.
Ben Roethlisberger
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Big Ben suma 3 viajes al SB. Manning 2, Brady 4
Para mí, aunque me gane enemigos con esto, se trata de un juego de equipo... alrededor de un mariscal.
Miren lo que está sucediendo en la AFC: desde hace ocho temporadas, incluida la actual, solamente tres equipos se han repartido el pasaje al Super Bowl: Indianapolis, New England y Pittsburgh.
Y da la enorme casualidad que también son solamente tres mariscales: Peyton Manning, Tom Brady y Ben Roethlisberger.
No estaríamos muy lejos de la verdad si dijéramos que ningún otro equipo de la AFC ha llegado al Super Bowl en estos ocho años, porque ningún otro equipo ha tenido un mariscal como ellos tres.
"Un momento: los Chargers han tenido a Philip Rivers", me responderán algunos.
Pero si Rivers fuera tan buen QB como los otros tres, entonces la diferencia sería el talento a su alrededor. Sin embargo, en estos años, Rivers ha tenido tanto o más talento alrededor que Manning, Brady o Roethlisberger.
De hecho, ninguno de ellos tres ha contado jamás con un corredor del calibre de LaDainian Tomlinson, sólo para mencionar la posición que más veces toca el balón después del mariscal (sin contar al centro, claro).
"Entonces la clave es el entrenador en jefe", sugerirá alguien.
Sin embargo, tanto los Steelers como los Colts cambiaron de entrenador en medio de esta racha, y eso no les impidió regresar al Super Bowl.
Lo que nunca hicieron, por supuesto, fue cambiar de mariscal.
Además, dudo que haya una diferencia tan abismal entre Mike Tomlin o Jim Caldwell por un lado, y Norv Turner por el otro. Y decididamente me niego a admitir que Tomlin o Caldwell sean mejores que Marty Schottenheimer, entrenador en jefe de San Diego durante el primer año de Rivers como titular.
De todas maneras, podemos decir que los Chargers, con Rivers, crearon un "pequeña dinastía" dentro de la AFC Oeste. Pero no les alcanzó para hacerlo dentro de la AFC.
La tres "pequeñas dinastías" dentro de la AFC en estos 10 años, y me estiro a 10 para incluir el primer Super Bowl de los Pats con Brady, han sido New England, Indianapolis y Pittsburgh.
Observemos por un segundo el caso de Baltimore, ganador del Super Bowl el año anterior al surgimiento de Brady.
Pese a contar con una de las mejores defensivas de la historia, los Ravens nunca lograron regresar al Super Bowl. ¿Quién fue su mariscal en el SB XXXV? Trent Dilfer.
Aaron Rodgers
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Con Rodgers, la NFC tiene algo que antes no tenía
Eso es exactamente a lo que apunto respecto de la NFC: aunque tengas el mejor equipo del mundo, si no tienes un mariscal de la talla de Manning, Brady o Roethlisberger, puedes jugar un Super Bowl, pero no más.
Miren lo que está ocurriendo en la NFC...
Desde hace 10 temporadas, incluida la actual, 10 equipos diferentes de esta conferencia han ido al Super Bowl: St. Louis, Tampa Bay, Carolina, Philadelphia, Seattle, Chicago, New York, Arizona, New Orleans y Green Bay, en ese orden.
Mi teoría es que esto ha sucedido porque en la NFC no ha aparecido, en todo este tiempo, un mariscal como Manning, Brady o Roethlisberger, con la combinación de talento y juventud necesaria para crear algo parecido a una "pequeña dinastía" dentro de la conferencia.
La racha empieza en la temporada del 2001, con los Rams. Su mariscal: Kurt Warner. Certero y dedicado, pero en ese Super Bowl superaba ya los 30 años de edad. Fue enviado a la banca por los Giants pocas temporadas después, antes de renacer en Arizona.
2002: Buccaneers. QB: Brad Johnson. Un tipo aguerrido, con agallas. Pero tenía 34 años de edad en el Super Bowl. Un par de temporadas más tarde perdió la titularidad y nunca la volvió a recuperar.
2003: Panthers. QB: Jake Delhomme. Tuvo algunas campañas impresionantes, pero después contrajo una extraña compulsión a regalar balones.
2004: Eagles. QB: Donovan McNabb. Aquí probablemente nos encontremos frente a una pequeña excepción. Yo creo que McNabb sí tenía, en su mejor momento, una excelente combinación de talento y edad como para crear una dinastía dentro de la NFC. De hecho, Philadelphia con él sí creó una dinastía, pero fue sólo dentro de la NFC Este. Al final, a McNabb le faltaron algunas monedas para establecerse como un mariscal consistente de Super Bowl.
2005: Seahawks. QB: Matt Hasselbeck. Un buen mariscal, no demasiado viejo en ese momento, pero ni siquiera podemos empezar a compararlo con Manning, Brady o Roethlisberger.
2006: Bears. QB: Rex Grossman. ¿Juventud? Sí. ¿Talento de Super Bowl? Siguiente pregunta.
2007: Giants. QB: Eli Manning. ¿Juventud? Absolutamente. ¿Talento de Super Bowl? Es discutible, pero no se puede discutir que hizo magia ese día ante los Pats. ¿Cualidades de liderazgo como para edificar una dinastía? Definitivamente no.
2008: Cardinals. QB: Warner otra vez. Es tan importante el mariscal, que en estos 10 años nunca se repitió un equipo en la NFC, pero sí un QB. El problema era que Warner ya estaba envejeciendo con los Rams, así que imaginen con los Cards.
2009: Saints. QB: Drew Brees. Talento y liderazgo en extremo, pero arribó al Super Bowl con 30 años cumplidos. Sin embargo, aquí todavía hay tela para cortar. El último capítulo de las hazañas de Brees en New Orleans tal vez no se haya escrito aún.
2010: Packers. QB: Aaron Rodgers. A este punto quería llegar.
Con Brees en New Orleans, pero sobre todo con Rodgers en Green Bay, es muy factible que cambie la situación de los últimos 10 años en la NFC, y surja al menos la semblanza de una "pequeña dinastía".
Brees podría regresar al SB algún día, aunque no lo veo tan probable.
Lo que sí veo muy probable es que el SB XLV no sea el último para los Packers de Rodgers.
Finalmente, un equipo de la NFC parece haber encontrado un mariscal con la combinación perfecta de talento y juventud, como para soñar con múltiples Super Bowls.
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