miércoles, 30 de marzo de 2011

NFL ¿Sirve un RB en primera?

Una amplia mayoría de ellos --al menos de los que he mirado-- coinciden en que los Dolphins reclutarán en el N° 15 global a Mark Ingram.
Nada en contra de la rutilante estrella de Alabama. Pero, en mi opinión, Miami cometerá un error si selecciona a un corredor --a cualquier corredor-- con ese pick.
No es que considere intrascendente la posición de RB. La considero fundamental.
Ocurre que, desde mi punto de vista, el éxito de un RB no depende tanto de sí mismo, como de la línea ofensiva y el sistema de bloqueo.
Mark Ingram
Getty Images¿Vale la pena Ingram, o cualquier RB, en 1ª ronda?
En términos simples: si tienes una buena línea ofensiva y un efectivo sistema de bloqueo, no necesitas reclutar un corredor en la primera mitad de la primera ronda. Un RB elegido más tarde hará el trabajo igual de bien.
Y si no tienes una buena línea ofensiva ni un efectivo sistema de bloqueo, entonces un corredor escogido en la primera mitad de la primera ronda no solucionará tu problema.
La temporada pasada demostró claramente la poca relación que existe entre el éxito de un corredor y el lugar en que lo tomaron en el draft.
Así quedó conformado el podio del 2010 en yardas por tierra:
1º -- Arian Foster, de los Texans, no reclutado en el draft del 2009.
2º -- Jamaal Charles, de los Chiefs, reclutado en la tercera ronda del 2008.
3º -- Michael Turner, de los Falcons, reclutado en la quinta ronda del 2004.
Detengámonos por un minuto en Foster.
Lideró la liga jugando en Houston, cuyo entrenador en jefe es Gary Kubiak.
Kubiak fue coordinador ofensivo de los Broncos que ganaron dos Super Bowls, con Mike Shanahan como entrenador en jefe.
Durante sus años en Denver, Shanahan sabía perfectamente que no hacía falta invertir selecciones de primera ronda en corredores. Sabía que, con una buena línea ofensiva y un efectivo sistema de bloqueo, un corredor de otras rondas haría el trabajo adecuadamente.
Terrell Davis hizo el trabajo más que adecuadamente en esos dos campeonatos de Super Bowl de Denver, y fue reclutado en la sexta ronda de 1995.
Gary Kubiak y Mike Shanahan
Getty ImagesKubiak y Shanahan, juntos en Denver
Otros equipos, creyendo que la clave era el corredor y no el sistema, ofrecían canjes a Shanahan por sus RBs. Él los cedía con gusto, sólo para desarrollar otro al año siguiente, canjearlo, y continuar la rueda.
Clinton Portis, seleccionado en la segunda ronda del 2002, fue enviado por Denver a Washington, a cambio de Champ Bailey, uno de los mejores esquineros de la liga.
Reuben Droughns, contratado por los Broncos como agente libre --luego de ser cortado por los Lions, quienes lo habían reclutado en la tercera ronda del draft del 2000--, tuvo una campaña de 1,200 yardas en Denver y fue canjeado al año siguiente a Cleveland, a cambio de dos alas defensivas.
Después llegó Josh McDaniels a Denver, en reemplazo de Shanahan, y lo primero que hizo, para diferenciarse de su antecesor, fue invertir su primera selección como entrenador en jefe de los Broncos --un pick N° 12 global-- en un corredor: Knowshon Moreno.
McDaniels desmembró la línea ofensiva de Shanahan y erradicó su sistema de bloqueo, y Moreno no ha podido estar a la altura de su lugar en el draft.
Hubo dos corredores reclutados en primera ronda en ese draft: Moreno, y Donald Brown, de los Colts. En el siguiente draft, el del año pasado, hubo tres: C.J. Spiller, de los Bills; Ryan Mathews, de los Chargers, y Jahvid Best, de los Lions.
Mientras un jugador ignorado en el draft lideró la liga por tierra en el 2010, estos cinco reclutas de primera ronda ocuparon los siguientes lugares en ese ranking:
24º -- Moreno
34º -- Mathews
38º -- Best
41º -- Brown
60º -- Spiller
Willie Parker
Getty ImagesParker, en la victoria de Pittsburgh del SB XLIII
Alguien dirá: "La comparación no es justa, porque mucho depende de la filosofía del equipo y del sistema que utilice".
Eso es exactamente lo que estoy diciendo: sin la filosofía y el sistema apropiados, no hay corredor de primera ronda que valga.
Lo mismo, visto del lado opuesto, sería: no se necesita ser un corredor de primera ronda, para liderar la liga. Basta con estar en el equipo indicado.
Y lo que es mucho más importante: el equipo indicado puede perfectamente ganar el Super Bowl, sin un corredor de primera ronda.
Todos saben quién fue el corredor titular de los Packers en el triunfo del Super Bowl XLV: James Starks, reclutado en sexta ronda.
Los Steelers, que perdieron ese partido, habían ganado poco antes el Super Bowl XLIII, con Willie Parker como titular. Un corredor no reclutado en el draft.
Un año antes, el corredor titular de los campeones Giants en el Super Bowl XLII había sido Brandon Jacobs, recluta de cuarta ronda, quien compartió el trabajo con Ahmad Bradshaw, recluta de séptima ronda.
Y en el Super Bowl XLIV, para completar los más recientes, los Saints iniciaron el partido con dos corredores en el backfield: Pierre Thomas y Reggie Bush.
Bush es un recluta N° 2 global, pero con un asterisco: se trata de un jugador multiuso, que no fue el corredor primario de New Orleans esa temporada. Sólo acarreó el balón 70 veces, y terminó con 390 yardas por tierra.
Los corredores principales de los Saints fueron Thomas, quien sumó 793 yardas en 147 acarreos, y Mike Bell, con 654 yardas en 172 intentos.
Thomas no fue reclutado en el draft del 2007. Bell no fue reclutado en el draft del 2006.
En esos mismos cuatro equipos campeones del Super Bowl, los mariscales titulares fueron tres de primera ronda --Aaron Rodgers, Ben Roethlisberger y Eli Manning--, y uno --Drew Brees-- elegido con el primer pick de la segunda ronda, que en ese draft fue el Nº 32 global.
Lorenzo Hampton
Getty ImagesHampton con el balón. Miami, septiembre de 1986
El año pasado, el líder corredor de los Dolphins fue un recluta N° 2 global, quien, a diferencia de Bush, sí es un RB "puro": Ronnie Brown, escogido en el 2005.
La mejor temporada de Brown fue en el 2006, cuando por única vez en su carrera superó las 1,000 yardas. Ese año terminó N° 23 en el ranking de yardas por tierra de la liga.
En las últimas tres campañas, los Dolphins no sólo han contado con un corredor del Top 5 del draft en su backfield, sino con dos. Uno es Brown y el otro es Ricky Williams, seleccionado por New Orleans en el N° 5 global de 1999.
Aún así, la ofensiva terrestre de Miami acabó N° 21 de la liga el año pasado.
Si los Dolphins quieren mejorar por tierra, la solución no es elegir un corredor en la primera mitad de la primera ronda. La solución es armar una buena línea ofensiva, y conseguir un coordinador ofensivo que entienda de juego terrestre.
Pensando en el futuro, si la intención en Miami es volver algún día al Super Bowl, hay formas mucho más sabias de invertir ese pick N° 15 global, que gastarlo en un corredor.
En los últimos 30 años, los Dolphins reclutaron en primera ronda a otros cuatro corredores, además de Brown:
1998 -- John Avery, de Mississippi. Sólo duró dos temporadas en Miami.
1989 -- Sammie Smith, de Florida State. Sólo duró tres temporadas en Miami y cuatro en la NFL.
1985 -- Lorenzo Hampton, de Florida. Sólo duró cinco temporadas en Miami y en la NFL.
1981 -- David Overstreet, de Oklahoma. Por desacuerdo contractual, jugó dos años en Canadá, antes de firmar con Miami en 1983. Murió en un accidente de auto al año siguiente.
Mientras tanto, a lo largo de toda su historia, los Dolphins reclutaron solamente dos mariscales en primera ronda.
Uno fue Bob Griese. El otro fue Dan Marino.
Ambos están en el Salón de la Fama.
Quizás este draft no sea el más indicado para buscar un QB en el N° 15 global, pero yo pregunto: ¿por qué insistir con corredores de primera ronda, que no han contribuido demasiado a la historia de los Dolphins y sólo han generado frustración en los aficionados, y no empezar a probar con mariscales de primera ronda, que hasta ahora sólo han aportado gloria a la franquicia y alegría a los fanáticos?



Cecil Collins
Dan Marino y Cecil Collins (Getty Images)
VOCES DE UNA ELECCIÓN
Fillol no permitirá que me vaya sin contar una historia de draft, así que voy a dejarles una que no es comparable con el de Montana --ni se le acerca--, pero al menos tiene que ver con los Dolphins y los corredores, que es el tema de esta entrada.
Además, cumple con la premisa fundamental del Diario de Voces, al ser un relato basado en declaraciones.
Me despido con esta historia, hasta la próxima vez que me convoquen.
Jimmy Johnson y Dave Wannstedt
Getty ImagesJohnson y Wannstedt, juntos en zona de Dolphins
"PONE EN JUEGO MI REPUTACIÓN"
Dave Wannstedt: "Recuerdo cuando reclutamos a Cecil. Analizamos mucho la movida con Jimmy Johnson, y el factor determinante fue que creíamos tener un equipo que estaba a uno o dos jugadores de un campeonato, y con Cecil podíamos estar obteniendo talento de primera ronda, en la quinta ronda. Recuerdo perfectamente que Jimmy dijo: 'Lo más difícil de esta decisión es que pone en juego mi reputación. Eso es lo que está en riesgo aquí'."
Wannstedt se refiere al draft de 1999, cuando los Dolphins seleccionaron en el primer lugar de la quinta ronda a Cecil "The Diesel" Collins, quien había sido expulsado de dos equipos universitarios: LSU y McNeese State.
Aquel año, Wannstedt --ahora entrenador de apoyadores internos de los Bills-- era coordinador defensivo en Miami, y Johnson --ahora analista de la cadena FOX-- era entrenador en jefe y gerente general de los Dolphins.
Pese al innegable talento de Collins, nadie quería arriesgarse con él, debido a su inclinación a meterse en problemas.
En LSU fue arrestado dos veces, en ambos casos por ingresar de noche a departamentos ajenos, y tocar a mujeres dormidas de 17 y de 18 años, respectivamente.
Su coartada frente a la corte consistió en que había estado caminando sonámbulo.
En McNeese State arrojó positivo de marihuana en un análisis de drogas, y lo cual le valió tres meses de prisión, por haber violado los términos de su libertad condicional.
"UN BUEN JUGADOR Y UNA BUENA PERSONA"
Cecil Collins: "Esos tres meses en la cárcel cambiaron mi vida. Estoy feliz de haber aprendido la lección a tiempo. Agradezco que me den otra oportunidad. El equipo que me seleccione obtendrá un buen jugador y una buena persona".
Esas fueron las declaraciones de Collins previas al draft de 1999.
Sonaban bien, pero también había que escuchar lo que decía uno de sus ex entrenadores.
Cecil Collins
Getty ImagesCollins, en uno de sus escasos partidos con LSU
"SU FORMA DE SER"
John Nagle: "Cuando estás con él, es difícil que no te agrade. Sin embargo, él puede estar diciéndote algo mientras te mira a la cara, y la realidad puede ser completamente lo opuesto. Pienso que no lo hace con mala intención. Es sólo su forma de ser".
Nagle era el entrenador de corredores en McNeese State, y estaba hablando de lo que preocupaba a los 32 equipos de la NFL: la indescifrable personalidad de Collins.
Otro factor que preocupaba a los equipos, era que a Collins no se lo había visto mucho en acción.
"LUEGO DE HABER JUGADO TAN POCO"
Ozzie Newsome: "No puedo pensar en otro chico que haya sido candidato a ser reclutado en el draft, luego de haber jugado tan pocos partidos en la universidad".
Esa era la impresión de Newsome antes del draft del '99.
Como gerente general de los Ravens, cargo que sigue ocupando hoy en día, a Newsome lo sorprendía que algunos consideraran a Collins entre los mejores corredores de ese draft, dado el escaso material disponible que había para evaluarlo.
Sin embargo, en ese poco que se le había visto hacer, Collins había mostrado ser imparable.
"UNA PIZCA DE SU POTENCIAL"
Mike Haywood: "Sólo hemos visto una pizca de su potencial. El cielo es el límite para Cecil".
Haywood era el entrenador de corredores en Louisiana State, y era lógico que estuviera impresionado con Collins.
El chico había compilado 596 yardas en 72 acarreos, en los apenas cuatro partidos que había jugado en LSU; un insólito promedio de 8.3 yardas por intento.
Después, una fractura en la pierna y los problemas fuera del campo lo habían mantenido alejado de los emparrillados.
En términos de talento, muchos equipos lo veían como el tercer mejor RB del draft, detrás de Ricky Williams, de Texas, y Edgerrin James, de Miami.
Pero... ¿quién iba a animarse a reclutarlo?
Cecil Collins
Getty ImagesCollins no llegó a cumplir una temporada con los Dolphins
"YA NO JUGARÁ PARA LOS DOLPHINS"
Jimmy Johnson: "No le hemos estado pagando su salario desde el día en que fue arrestado, y ya no jugará para los Dolphins el resto del año. No sé si seguirá con los Dolphins el próximo año".
Así hablaba Johnson de Collins, ocho meses después de haberlo seleccionado en el draft.
Al final, ni Collins ni Johnson siguieron con los Dolphins el siguiente año.
Johnson tenía una reputación sólidamente edificada, al ser el primer entrenador en jefe en ganar el Campeonato de la NCAA y el Super Bowl. Había logrado lo primero con los Hurricanes, y lo segundo dos veces con los Cowboys.
Aunque, según sus palabras, puso en riesgo esa reputación al escoger a Collins, no fue esa la razón por la que Johnson se fue de Miami tras la temporada de 1999.
Johnson renunció básicamente por cansancio, tras dos décadas como entrenador en jefe en la universidad y en la NFL. Otro motivo de su adiós fue la incapacidad de cumplir las expectativas de Super Bowl, en los años finales de Dan Marino con los Dolphins. Y una última razón fue la vergüenza de una derrota por 62-7 ante los Jaguars en playoffs.
Wannstedt asumió como entrenador en jefe, en reemplazo de Johnson.
Antes de completar su primera temporada en Miami, Collins retomó sus intromisiones nocturnas en departamentos de mujeres. Fue arrestado en diciembre de 1999, por ingresar al hogar de una señora casada, que había conocido en el gimnasio.
Dijo ante la corte que sólo deseaba verla dormir.
Lo sentenciaron a 15 años de prisión.
Actualmente está cumpliendo su pena en una cárcel de Immokalee, Florida.
Podría salir por buena conducta en el 2012.
"EN LO QUE ME HE CONVERTIDO"
Cecil Collins: "No había tenido un balón en las manos desde que dejé a los Dolphins para venir aquí. No quería tener un balón en las manos, porque me entristecía recordar aquellos días en LSU, jugando frente a un público de 65,000 personas. Desde hace un tiempo, sin embargo, he vuelto a jugar. Lo hago descalzo, frente a un público de 50 presos y guardias. ¿Quieren ver en lo que me he convertido? Aquí me tienen: soy el ejemplo viviente de lo que puede pasarle a un chico que tiene todo el talento del mundo, y no usa la cabeza".

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