domingo, 6 de febrero de 2011

Control del reloj, crucial en el Superbowl

Pasada la parafernalia sobre quien es quien en cada equipo, el análisis de jugador por jugador, las posibilidades que tienen ofensiva y defensiva llega el turno para el reloj, que evidentemente será un factor crucial para la victoria de quien consiga controlarlo, algo que, recientemente, los Acereros lograron ante los Jets y que les significó finalmente el triunfo en el juego de Campeonato de Conferencia Americana.

Los Acereros han jugado a lo largo de los años con una filosofía que se ha vuelto escuela, jugar a la defensiva como ofensiva, es decir frenar a los rivales y tomar de su ofensiva tantos puntos como sea posible. Pittsburgh ha jugado de esta manera incansablemente, forzando a trabajos extra a sus adversarios, primero con un implacable trabajo de golpeo y luego, a partir de la llegada de Mike Tomlin, a un incansable trabajo ofensivo de control del reloj.

Si se puede acabar a la ofensiva rival a base de golpes y luego a la defensiva forzándola a permanecer en el terreno de juego el mayor tiempo posible, la ecuación da por resultado siempre el mismo, Pittsburgh termina ganando.

Para nadie es un secreto que el jugador más productivo de los dos equipos es Aaron Rodgers, por lo que la única forma de derrotar a los Empacadores es minimizando su peso en el partido.

No habría otra forma mejor para los Steelers que iniciar el encuentro con una repetición de la serie ofensiva con que empezaron el encuentro ante los Jets hace dos semanas, la cual se extendió con sus 16 jugadas más de 9 minutos y que terminó con la anotación de la ventaja y que significó que Mark Sánchez, Santonio Holmes y Braylon Edwards vieron casi el 20% del juego desde la línea de costado sin entrar siquiera al emparrillado a saludar.

Ese porcentaje se habría de incrementar hasta el 58% del tiempo total, considerando que los Acereros dominaron la posesión del balón 34 minutos y 41 segundos, de los 60 del partido.

VITAL. Para que eso suceda, se requiere de una pieza clave en el armado, un corredor de poder que sea capaz de resistir el golpeo de la defensiva rival, y más aún, que sea capaz de ganar yardas después del primer contacto y los Acereros lo tienen en Rashard Mendenhall, que solo por eso es mejor que otros jugadores en su posición, antes y ahora como Marshall Faulk, Edgerrin James por mencionar a algunos.

Mendenhall hizo tal trabajo que fue capaz de obtener casi 60 yardas de las 121 que tuvo en el juego, después del primer contacto. Es decir, casi la mitad de sus recorridos en el partido terminaron después de encarar a los frontales de los Jets.

Y esto no significa, después de todo, que la única manera que tienen los Steelers de vencer a Green Bay sea corriendo el balón, sino que eso se traduce en menor presencia de Rodgers en el juego, y entre menos pase, menos peligro.

EFECTIVIDAD. Los Acereros han convertido el 52% de sus terceras oportunidades y yardas por avanzar en la postemporada, 13 de 25, y eso es crítico en sus planes de ataque y en el tiempo de posesión.

La ofensiva de Pittsburgh ha mantenido la ventaja en la posesión del balón en nueve juegos consecutivos y en 14 de los 18 partidos que ha disputado esta temporada.

Un hecho indiscutible es que cuando los Acereros han tenido el balón por 30 minutos o más, tienen marca de 13-1, y cuando no ha sido así, y han cedido el control del balón y por ende, del reloj, están 1-3.

Esta situación a simple vista luce verdaderamente persuasiva, pero como la mayoría de los coaches dicen, no es tan simple como se dice.

Porque al final de cuentas, no es sólo el tiempo de posesión, sino la producción que se logra con ese tiempo. El año pasado los Acereros terminaron terceros en posesión de balón pero apenas promediaron 21 puntos por partido. Algo que no es suficiente.

Pittsburgh está 14-4 esta campaña, pero la ofensiva promedia apenas consiguió obtener un punto por minuto o más, tres veces en la temporada. Esto no es suficiente, es decir, en 600 minutos de posesión lograron apenas 347 puntos.

El propio Troy Polamalu, aceptando que su equipo tiene un ataque primariamente terrestre, entiende que lo peor que le puede pasar a una defensiva es estar más de 30 minutos en el terreno de juego.

Esta es una parte importante y rara vez se toca en la semana del Superbowl, cuando la gente tiene 5 días para hablar de lo que sea porque no hay acción y hay muchos reflectores. El final del camino tiene una sola respuesta, el equipo que tenga el reloj más de 30 minutos debe ganar, la ofensiva de los Steelers lo sabe, aunque el rapidísimo ataque de los Empacadores puede significar también mucho en la cuenta final, por eso, mucho tiempo solo valdrá si los Steelers son capaces de anotar 27 ó 28 puntos. No hay más.

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